Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Inclusión y desarrollo

Inclusión y desarrollo

Más de la mitad de la población mundial habita hoy zonas urbanas, y con proyección hacia el 2050, la cantidad se incrementará a 6.500 millones de personas -más de dos tercios de los habitantes del planeta actualmente-, lo que evidencia que no será posible lograr un desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la forma en que se administran los espacios urbanos.

El progresivo crecimiento poblacional en las ciudades resulta de la necesidad de buscar mejores condiciones de vida. Esta exigencia ha provocado un éxodo rural con la consiguiente progresiva concentración de residentes en grandes núcleos urbanos, reduciendo en contraparte la población de los centros más pequeños. Como consecuencia, se concibe la acelerada expansión de las ciudades en el mundo en desarrollo dando cuenta de una ampliación desmedida de las manchas urbanas y un aumento inusitado de megaciudades (particularmente en países desarrollados), originando en ambos escenarios la generación de una periferia y marginalidad que compromete la habitabilidad y la calidad de la vida urbana.  

El comportamiento de la ciudad actual refleja una contradicción compleja de evaluar por la condición territorial dialéctica que presenta, donde los problemas diversos están implícitos en un contexto de tensiones y conflictos intrínsecos de lo urbano. Una característica latinoamericana subraya indiscutibles procesos de acumulación de capital, grandes proyectos e intervenciones urbanas, pero, en oposición, también están presentes enormes incompatibilidades sociales y aumento de la inequidad en la distribución de recursos y oportunidades, produciendo focos de resistencia por el descontento social. Esta situación cuestiona la representación incierta de la planificación urbana, la precariedad de los instrumentos y normativa que posibiliten la reducción del comportamiento de la desigualdad, la inconsistencia de las políticas públicas de análisis y el enfrentamiento a la pobreza urbana. 

El trabajo conjunto de la sociedad, el Estado y el mercado, debe destacar alternativas eficientes de solución, promover nuevas regulaciones a la administración local y regional, estimular la conformación de una nueva ética urbana que resiste la polarización social y la segregación espacial cada vez más pronunciada. 

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN Ph.D.

Investigador CEPLAG - UMSS

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