En Cochabamba, el fenómeno del crecimiento de la mancha urbana -ciudad y metrópoli- se vincula con el incremento poblacional y el desarrollo económico, destacando la transformación del uso del suelo y la consolidación de áreas urbanas periféricas -suburbanización, o periurbanización- como producto de la reducción de la frontera agrícola y del avance del fenómeno inmobiliario de edificaciones residenciales e industriales. Esta situación genera un alto impacto ambiental traducido en la anulación de zonas de recarga acuífera, mayor consumo energético, degradación de ecosistemas, ocupación de áreas vulnerables, provocando un aumento en la emisión de gases de efecto invernadero y el aporte negativo en el cambio climático.

En este sentido, la insuficiente oferta de suelo urbano destinado al uso de estratos sociales de bajos ingresos, deriva en la proliferación de asentamientos informales (irregulares o ilegales) con la mínima disposición de servicios básicos, destacando un primer indicio de la problemática ambiental y el enfrentamiento a un caos urbano. 

Bajo estas consideraciones, el impacto del cambio climático en nuestras ciudades responde fundamentalmente a la transformación de uso del suelo, alteración de la funcionalidad urbana y vulnerabilidad en los sistemas sociales que se ven expuestos a resultados de la magnitud física de los fenómenos de origen natural, que incide en las condiciones de vida de sus habitantes, y que no precisamente son parte de una ecuación lineal que muestre segmentos de condiciones económicas críticas habitando necesariamente sectores de vulnerabilidad física y fragilidad ecológica, sino que incide en sectores sociales con alta capacidad de ingresos habitando ambientes urbanos débiles dada su precaria y desatendida infraestructura de servicios.

En tanto, es importante establecer una propuesta técnica participativa donde se inscriba un plan integral de expansión urbana con condiciones de sustentabilidad. Esta planificación no solo debe circunscribir la ampliación del área urbanizable para acoger la población futura, ni el establecimiento de los límites urbanos, sino que, dentro de las líneas de acción de desarrollo social, económico, ambiental e institucional, debe considerar zonificar los usos del suelo con la definición de modelos de infraestructura y equipamientos de las áreas a ser incorporadas como urbanas.

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph.D.

Investigador CEPLAG - UMSS

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