Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Del dicho al hecho: hay mucho por planificar

Del dicho al hecho: hay mucho por planificar

La expansión de la ciudad ha generado paralelamente un proceso de segregación visible en agrupaciones socio-ocupacionales heterogéneas asentadas en diversas zonas del tejido urbano, discriminando el acceso colectivo a bienes y servicios. 

Grupos económicos con altos ingresos se sitúan en la periferia norte, este y oeste de la ciudad, disfrutando de la ingeniería urbana necesaria en términos de servicios e infraestructura, comunicación vial, energía eléctrica, agua potable, alcantarillado, gas domiciliario, internet, entre otros. Por el contrario, segmentos de ocupación laboral informal y bajos recursos económicos, se ubican en la periferia sud, donde las condiciones de confort y habitabilidad son abismalmente desiguales a las anteriores, evidenciando la desatención en la accesibilidad a la movilidad urbana, la carencia de infraestructura básica y la deficiencia en la consideración de espacios públicos, áreas verdes y equipamiento. 

La factibilidad de superar estas diferencias se limita a la voluntad política en la toma de decisiones que permita el mejoramiento de las condiciones urbanísticas de todos los sectores de la ciudad y la universalización en cuanto a su uso. 

El derecho a la ciudad persigue condiciones de inclusión social con equidad, a partir de la implementación de políticas públicas y regulaciones municipales que eviten la fragmentación espacial, optimizando la calidad de la infraestructura y aplicando la misma métrica de desarrollo a todas las áreas de la geografía local. La generación de normativa urbana que incorpore en los planes operativos anuales, proyectos de regeneración urbana con enfoque de multigobernanza involucrando al Municipio, la Gobernación y el Estado Central, posibilitaría la conformación de una sociedad más equitativa, especialmente en lugares físicos altamente degradados ambientalmente, fragmentados socialmente y subdesarrollados en términos de infraestructura. 

Establecer ciudades inteligentes tecnológicamente, integradas socialmente en su diversidad y productivas económicamente será posible a partir de la reducción de las disparidades presentes, de manera que la procedencia y la localización de los múltiples conjuntos sociales no sea un impedimento para vivir en comunidad. 

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph.D.

Investigador CEPLAG - UMSS

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