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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Cultura para pensar la ciudad

Cultura para pensar la ciudad

La cultura constituye el conjunto de valores humanos que coadyuvan en el progreso de una ciudad; es transversal a todos los ámbitos de la vida urbana y representa el fundamento para el manejo autonómico, el desarrollo de privilegios, y la calidad de vida e interacción social. Dentro de su polisemia, son aspectos relevantes la educación formal, el avance intelectual y la tecnología. 

Vinculado con la comprensión y la forma de ver, pensar, sentir la ciudad, y su forma de habitar en ella, destaca la manera de abordar estrategias culturales al interior de políticas públicas como esencia para impulsar el desarrollo ajustando las intervenciones urbanas en propuestas de revitalización como atenuantes de la mala ocupación del espacio urbano y, por tanto, de la fragmentación, la baja integración espacial, y la desvinculación social.

Claro está, que la ciudadanía vive la ciudad con la oferta urbanística que esta le presenta, donde a mayor desarrollo urbanístico se obtendrá más capacidad ciudadana de conocer y utilizar acertadamente equipamientos, mobiliarios, transporte y espacio público. A menor uso de atributos se reflejará mayor ignorancia, menor conocimiento de condiciones y, por tanto, más descuido en el uso de la ciudad. 

El parafraseo político de difusión permanente por medios masivos de comunicación sobre la participación ciudadana en el proceso de planificación, que incorpora en el debate demandas socioespaciales, no frena la marginalidad y la exclusión urbana, ni satisface redes de conectividad, no mejora las condiciones de movilidad ni la dotación de infraestructura de servicios básicos ni repara la discontinuidad de archipiélagos urbanos.

La cultura, en tanto elemento motivador para alcanzar una sociedad sustentable, refleja su proceso de desarrollo. Estimula la participación de actores sociales y la toma de decisiones concertadas para la aplicación de políticas públicas y estrategias eficientes de satisfacción a la problemática; la búsqueda conjunta de cooperación para definir espacios para la planificación, el potenciamiento de programas culturales que resaltan la riqueza patrimonial urbana, el diseño urbano inclusivo, la superación de la violencia urbana como respuesta a la presión del crecimiento entrópico, de la urbanización masiva y de la demanda ciudadana. 

Lo cierto es que el desarrollo no es solo físico, no constituye simplemente la funcionalidad y la morfología de la ciudad, sino que, fundamentalmente, estos atributos serán eficientemente manejados a partir del comportamiento idóneo de sus habitantes, es decir, a partir de la demostración de su educación ciudadana que podremos definirla como parte de la cultura. 

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN,  Ph.D.

Investigador CEPLAG – UMSS

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