La irracionalidad en el comportamiento urbano en Cochabamba y en los municipios vecinos que conforman la región metropolitana -traducida en la congestión vehicular y contaminación ambiental-reflejan la falta de organización del territorio, revelando un polarizado desarrollo urbano, un discrecional manejo de urbanizaciones abiertas y cerradas, presencia de espacios públicos dispersos y, fundamentalmente, una articulación vial que no satisface a la totalidad de los sectores del entramado urbano. 

Esta situación de inconfort urbano marca con fuerza las diferencias espaciales tanto del centro como de las periferias, destacando altos grados de insatisfacción, marginalidad, pobreza y, sobre todo, desatención institucional.

Se suma a esta realidad la ausencia de políticas urbanas que regulen el mercado inmobiliario, que eviten la especulación del suelo, y que aporten en la reducción de la segregación socioespacial, muy visible durante los últimos años.

Revertir este desequilibrio multidimensional requiere de propuestas de desarrollo urbano que incorporen a todos los segmentos y estamentos de la sociedad, para que participativamente sea posible la construcción de una ciudad entre todos y para todos, mediante políticas públicas eficientes coherentes con una visión comprensiva de la problemática. 

En este sentido, la incorporación de la planificación urbana de manera integral es relevante para establecer la producción de escenarios de cohesión social y dinamizadores del desarrollo, que estructuren, vinculen e integren las actividades de la ciudad. 

La configuración del río Rocha puede hacer posible la conformación de un corredor metropolitano, -dentro de un plan especial de intervención contenido en una política nacional de desarrollo urbano y una normativa regional de ordenamiento territorial- como una zona de interacción e integración de los habitantes con el entorno, que concentre y distribuya infraestructura, servicios de productividad y recreación, y que conecte una red de centralidades de diversos sitios de la región, articulando elementos fundamentales como la estructura vial central; los polígonos de centralidad y la polifuncionalidad de la centralidad longitudinal más importante de la región metropolitana, relacionando conectores viales, comerciales, administrativos, culturales, residenciales, espacios públicos y áreas verdes.