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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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El amor en tiempos de pandemia

El amor en tiempos de pandemia

La crisis sanitaria está causando alta repercusión emocional y alterando seriamente el contexto de convivencia entre los ciudadanos.

Se están develando muchos amores y desamores entre los actores principales y muchos de ellos se han afianzado o se han disuelto por propias determinaciones, por intereses comunes o por ofertas ilusorias.

Las desavenencias suceden cuando las partes no tienen las cosas resueltas, cuando el idealismo es mayor que la realidad, cuando el prejuicio y la moral escrupulosa esconden otras situaciones que no permiten evolucionar y se anteponen al logro de nuevos objetivos, de encontrar la paz, la armonía, la solidaridad, la felicidad y la vida.

Las conformidades, por su parte, resultan de la exigencia de convenios y cumplimientos previos, de pactos priores basados en historiales más antiguos y en espera que por lo menos estos, aunque no sean perfectos, planteen un final que satisfaga la concordia entre semejantes.

Acuerdos inconclusos muestran poco interés efectivo de las figuras representativas, con la esperanza de los presentes por encontrar soluciones frente a la tibieza de los ausentes que cómodamente esperan consecuencias, y donde su cálculo les obliga a presentar estrategias muy sectarias e individualistas y sus excusas les impiden asistir necesariamente al debate sano y conciliador, enfatizando desigualdades progresivas, destacando la imposibilidad de matematizar un resultado racional, y evitando que la razón se remonte ante la negligencia.

La pandemia por si misma representa un problema de cuidado como para adicionar otros que alteren las condiciones emotivas de quienes seguimos esperando días níveos para más adelante, por lo que no es prudente intelectualizar el problema y desplazar los compromisos sin tomar decisiones prácticas y eficaces. Se espera que se pueda replantear la situación con enmiendas eficientes que puedan surgir de un mayor análisis y mejor predisposición para encontrar el camino a la tranquilidad.

El deseo que las cosas mejoren para todos, para los interesados y para los apáticos, para los activos y para los pasivos, para los optimistas por alcanzar una prosperidad que vaya más allá de la crisis, para que las partes hagan efectivas las promesas y los sueños expectantes, y para que la felicidad vaya más allá del amor en tiempos de pandemia.

MARKO QUIROGA  BERAZAÍN, Ph.D.

Investigador CEPLAG -UMSS

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