Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Urgente eliminar mal olor de la ciudad

Urgente eliminar mal olor de la ciudad

Sigue siendo una gran preocupación el mal olor de nuestra ciudad. Es cierto que las autoridades, tanto de la Gobernación como del Municipio, están ocupadas tratando de mirar el desarrollo de Cochabamba de forma estratégica y han diseñado planes aparentemente estructurales para enfrentar el futuro  del departamento y la ciudad, como son los Planes Territoriales de Desarrollo Integral PTDIs, que se desplegarán en cinco años. Es cierto también que se orientan a implementar preferentemente grandes proyectos. 

En los PTDIs existe un eje destinado al tema ambiental, que en general es la prevención de riesgos y la mitigación  del  cambio climático. Lógicamente en este eje un tema que al parecer no se le da la suficiente importancia, pese al daño que puede causar a la salud de la población, es lo relacionado al aire que respiramos. 

En base a estudios realizados y a los datos que nos proporciona la Red Mónica del GAMC, el aire que respiramos en esta urbe no llega a cumplir los mínimos requisitos necesarios para respirar bien, según informaciones de agencias internacionales. El resultado es la multiplicidad de enfermedades respiratorias de la población. 

Entonces se puede afirmar que en ese tema no existen  propuestas estructurales para solucionarlo, como por ejemplo la transformación del sistema de transporte que es caduco y con movilidades que ya cumplieron su ciclo vital y, por lo tanto, son los principales contaminadores. 

Otro problema que en la práctica no se lo considera prioritario, pues hace más de 20 años sigue vigente y que insistimos que también afecta a la salud y bienestar, son los malos olores de la ciudad, pues es un aspecto que influye en la salud física y también en la salud mental, no podemos ser felices con semejantes feos olores. Qué vergüenza vivir con esos malos olores, que vergüenza esa salutación a los y las visitantes que llegan a Cochabamba con ideas preconcebidas de “Ciudad Jardín” o de “Ciudad verde”.

El río Rocha hace tiempo ha colapsado con olores pestilentes; hubo una época en la que se obligó a las curtiembres a trasladarse al parque industrial, pero en la actualidad no se tiene conocimiento si es que algunas permanecen. Tampoco se conoce un informe de las acciones que realiza el municipio para obligar a las fábricas que tengan sus plantas de tratamiento antes de expulsar aguas tóxicas al río Rocha; tampoco se sabe de normas y obligaciones a las  urbanizaciones y viviendas para que no descarguen las aguas residuales al mencionado río y se conecten obligatoriamente a las redes existentes de  alcantarillado. 

Por otro lado, otra causante del mal olor es la laguna de oxidación de Alba Rancho, que hace mucho tiempo ya cumplió su función y se siguen botando  las descargas de alcantarillas que provocan mucho malestar. No sabemos cuándo se ampliarán y se estabilizarán y, lo más importante, cuándo se resolverá este problema que lleva muchos años colapsado.

 Es importante decir que el resolver estos temas deben ser de emergencia, porque de esa forma también se aporta a tener una vida saludable. Si se respira bien, indudablemente se vive bien.

No es un asunto trivial, es una necesidad el respirar aire puro y sin olores nauseabundos. Lo mismo que es de urgente necesidad resolver el problema de la laguna Alalay, otro causante del mal olor. 

La felicidad también radica en respirar ricos olores y más aún cuando se ha declarado a la Llajta como Ciudad Gastronómica de Bolivia.

SENTIDO COMÚN 

MARÍA ISABEL CAERO

Arquitecta

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