Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 00:15

Extrañas coincidencias

Extrañas coincidencias

Una noticia que nos sorprendió internacionalmente, es la orden del presidente de EEUU de la evacuación de sus tropas de la zona de conflicto de Siria. Trump ha propuesto desde su campaña electoral la necesidad de retirar a su país de las "guerras interminables" en las que lleva años enfrascada, como Irak, Afganistán y, claro está, Siria. 

A Donald Trump, al parecer le importó poco que Turquía ataque a los kurdos, sus aliados principales y así empezó en Siria la arremetida del ejército Turco. Lo raro es que las sanciones que pretendió imponer a Turquía fueron más de tipo simbólico. 

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, en reunión con su homólogo Turco, Recep Tayyip Erdogan, planteó la necesidad de reforzar y destacar el papel de Moscú como el posible garante de la estabilidad en el norte de Siria. Ambos países establecerán patrullas conjuntas para ayudar a delinear los límites de la nueva zona de seguridad.

El ataque Turco a Siria y la retirada de EEUU tienen un formidable impacto tanto para Siria como para la región en general. Su alcance puede verse de manera inmediata y otra se verá a largo plazo.

Rusia e Irán están decididos a profundizar sus fuertes lazos con vastos proyectos económicos, sin prestar atención a trucos ilegales de Estados Unidos.

Así, Rusia sería la gran ganadora en el conflicto entre Turquía y los kurdos y la deducción es que estos actos son asuntos claves que pueden redibujar el mapa de la distribución territorial del mundo.

Por ello, si analizamos lo que pasa paralelamente en otra región, podemos afirmar que las relaciones entre EEUU y los diversos países de América Latina han sido multifacéticas y complejas, en ocasiones definidas por una fuerte cooperación regional y en otras llenas de tensión, de imposiciones de rivalidad económica y política. Durante gran parte de la Guerra Fría (1947–1991), compitió activamente con la Unión Soviética para influir en el hemisferio occidental.

En la historia de las relaciones de EEUU con América Latina es más fuerte lo negativo que lo positivo. Hubo atentados a proyectos de justicia, golpes de Estado, deterioro institucional, mantenimiento de gobiernos represivos, asesoría y acompañamiento en prácticas de terror, dotación de armas para la destrucción de comunidades y muchas cosas más. Un ejemplo es la aplicación del Plan Cóndor en la década del 70, cuando  el imperialismo norteamericano aplicó golpes de Estado para mantener su hegemonía, poder político militar y uso de los recursos naturales para sus intereses, en esta parte de América. 

Un fuerte crítico a las políticas estadounidenses fue el presidente Evo Morales, quien ha roto relaciones, en el marco de la creciente tendencia de poner límites al Imperio en Latinoamérica. En los gobiernos de Brasil, Ecuador y Argentina, EEUU influyó negativamente para el retorno a políticas neoliberales. Bolivia no fue ajena a ello y hoy vivimos un quiebre en el proceso liderado por Evo Morales, cambio inesperado con enfrentamientos y muchas muertes, con el apoyo del país del Norte. 

En esta situación, Rusia está casi ausente y más bien uno de sus representantes afirmó que la nueva Presidenta de Bolivia será la encargada de llevar a cabo elecciones para pacificar el país.

Por ello nos surge la pregunta, ¿será que estas dos potencias han decidido repartirse el mundo, donde Rusia se queda cerca de Siria y el medio Oriente y EEUU retoma su hegemonía en Latinoamérica?