La risa remedio infalible
La antropología funcionalista vio en el humor una forma de continuidad social. Según Radcliffe-Brown, la risa es uno de los instrumentos que poseen las sociedades para reajustar la estructura social sin provocar grandes desazones en los individuos.
Otros autores retoman la idea de la risa como castigo social, pues consideran que el humor contribuye a conformar el conocimiento que una sociedad precisa compartir y que, por tanto, está al servicio del control social marcando las fronteras sociales. Creen que el humor sirve para reafirmar relaciones sociales desiguales, marcos normativos autoritarios y estereotipos raciales, sexuales y de género. (Pienso en los café-concert, en los “me divierte” y en memes).
Pero más allá de los funcionalistas, si rastreamos las risas que hemos olvidado, las vivencias redescubiertas podrían hacer de nuestra existencia algo más resistible, de manera que podamos por un momento desviar los impulsos de los problemas que consumen nuestro cotidiano y de cierta forma transformar nuestra vida hacia nuevos enfoques con uno mismo y en consecuencia con el entorno.
Señalan que Aristóteles caracterizó la condición humana como seres rientes. Si pensamos en que la humanidad ha reído, y seguirá riendo, tal vez podríamos pensar en que la significación de este gesto en la línea del tiempo ya no es el mismo. Puede ser que nuestra civilización se haya alejado de la alegría que nos alimenta. Y quién sabe, de la risa existencial o la alegría sagrada como un factor de equilibrio mágico. Si fuera así, estaríamos más alejados de aquella condición humana que señalaba Aristóteles y peor en momentos actuales, donde es muy difícil sostener cierta alegría y sonreír al prójimo, porque estamos con cubre expresiones de asombro o agrado.
En todo caso, la risa es la plenitud de la vida y en el reino de los muertos los vivos no deben reír, por esta razón en algunas sociedades tradicionales el nacimiento de un niño va acompañado de risas, que inicialmente son forzadas; sin embargo, por contagio cambia a un reír colectivo que tiene el propósito de exorcizar la muerte y sus influencias, a través de la magia de la risa.
En un mito de los nativos de Oceanía, recopilado por el antropólogo Franz Boas, dos hermanos son engullidos por una ballena que se los lleva, episodio que posee una estructura iniciática, pues introduce simbólicamente a los iniciados en un útero donde sufrirán las torturas que les darán acceso a un nuevo nivel de la existencia. En el vientre de la ballena están a punto de asarse debido al calor, por lo que pierden todo el pelo. Al verse el uno al otro ríen por la transformación iniciática que se dio en ellos, y se permite con ello su salvación. En los ritos de iniciación, tras la muerte del anterior estatus, el sujeto renace y crea una nueva forma de asumir la vida que le permite entrar en contacto con el mundo sobrenatural.
Asclepio, el dios griego de la salud, hijo de Apolo, comprendiendo el sentido de la risa que se opone a la famosa conducta llorona y melancólica de Heráclito, al evaluar ambas filosofías termina también él riendo de la insensatez humana. Para Epicuro, el estado natural del ánimo del hombre era la apacible alegría y entre los griegos incluso existió una deidad de la risa: Gelos.
MIRADAS ANTROPOLÓGICAS
MARÍA ESTHER MERCADO H.
Antropóloga y docente universitaria