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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Modernidad sui géneris o etnogénesis

Modernidad sui géneris o etnogénesis

A estas alturas del partido, hay gente que cuestiona al pueblo andino su participación en la modernidad, dicha conjetura se la realiza en nombre de un indigenismo dogmático. Sin embargo, debemos conocer que el andino ha sido y es, en su accionar, ecléctico, pues ha sabido elegir los elementos de la cultura exógena y asumir otros elementos que ciertamente le sirvieron para su desarrollo o desenvolvimiento como persona. El ser andino, o como se lo conoce: el runa o jaq’e, no es ni tradicionalista o conservador, tampoco ingenuo o manipulable. El hombre o la mujer andinos saben distinguir los espíritus y retener lo valioso y provechoso. Tampoco son dogmáticos, ni pierden el rumbo en el proceso de la inculturación de elementos foráneos, donde una de las culturas, en este caso, la occidental, busca adaptar valores que le sirvan para la transformación de la otra cultura, en este caso, la no hegemónica. 

La lógica andina de la inclusión complementaria permite al ser humano andino adaptarse sin ningún problema a muchos elementos de otras culturas. No tiene ningún problema en utilizar todos los avances tecnológicos, siempre y cuando pueda servir a su función específica. Por eso a veces escuchamos que no es coherente en su sincretismo cultural. Es más, el poblador andino de un barrio urbano puede trabajar durante el día en una oficina computarizada y en la noche puede celebrar sin ningún problema una q’owa a la Pachamama, que va de la mano con una misa dominical católica. Así también, los jóvenes pueden estar en una discoteca escuchando o bailando electro-pop, trap o reggeaton y al día siguiente pueden bailar con el mismo entusiasmo un wayñu tradicional o kullawada de los Andes. Eso se puede llamar ¿incoherencia o ausencia de identidad? O más bien, ¿sella una identidad? 

Otra cosa que se señala con frecuencia es que no hay alternativas concretas más allá de las dicotomías y los antagonismos conceptuales y culturales. En otras palabras, si no eres auténtico, eres un “pachamamón” y eso es hablar por hablar sin haber comprendido la lógica de las culturas andinas tradicionales. 

Con todo, en los Andes existe el principio inclusivo, tanto lo uno como lo otro. Esto no significa que todo es posible como afirma la postmodernidad, sino solo aquello que se adecue a los grandes lineamientos del pensamiento filosófico andino. De este modo, siempre existe la complementariedad en todos los aspectos, no solamente en los opuestos complementarios como el Chachawarmi, o día/noche, etc., sino en los elementos propios de la cultura con los de otras culturas, que se consideren buenos para el desarrollo personal. 

De esta forma se entiende el tema de la identidad andina mestiza, que va más allá del fenotipo o componentes costumbristas. Se trata de vivir auténticamente una identidad con un trasfondo filosófico sincrético como expresión de la lógica andina, que se encuentra en permanente transformación integrando nuevos aspectos y rechazando otros. La identidad andina se la construye desde adentro, con su propia lógica, de manera creativa e innovadora, no dogmática y a veces audaz. El runa/jaq’e andino vive una modernidad sui generis que no es copia de la occidental; no pretende vivir en una reducción cultural, pretende vivir en interculturalidad. 

MIRADAS ANTROPOLÓGICAS

MARÍA ESTHER MERCADO H.

Antropóloga y docente universitaria

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