Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 13:26

Érase una vez un Comité Cívico

Érase una vez un Comité Cívico

“La referencia es que se crea en 1930 durante la presidencia de Blanco Galindo, el nombre era Comité pro Cochabamba. Intuyo que son las primeras expresiones de la estructura sustantiva de Bolivia, país diverso, económica, cultural y étnicamente. En aquel entonces surgen estos movimientos con el objetivo de defender los intereses de cada región”. Así se inicia la entrevista a Carlos Quiroga Blanco, Presidente del Comité Cívico en dos gestiones. Aquella institución que luchaba tenazmente por los intereses de la Llajta. 

“Al principio, el Comité pro Cochabamba era hegemonizado por sectores sociales dominantes como la oligarquía latifundista o los que reivindicaban la electrificación como parte del desarrollo de la ‘ciudad’ de Cochabamba, antes que del departamento. Luego hay una larga ausencia… Posteriormente, durante la dictadura, al prohibirse los partidos políticos y las organizaciones sindicales como la COB, Banzer utiliza los comités para dar un cariz de tolerancia a organizaciones de carácter social y que, en definitiva, existiera una articulación estrecha entre los comités y la dictadura. 

En aquel entonces surge con fuerza el Comité Pro Santa Cruz, reivindicando el tema de las regalías petroleras en beneficio de las regiones, hasta que caen las dictaduras y comienza una nueva composición social de los comités, particularmente en Cochabamba, como resultado de la insurgencia de campesinos y obreros en un proceso mínimo de industrialización, en y de sectores populares que se organizan y que, finalmente, conforman comités en función de la defensa de los intereses y desarrollo regional, pero desde la perspectiva del movimiento popular, por eso es que nace un segundo comité. 

Entonces, hay un paralelismo respecto al Comité Cívico, está JUNCO, arraigado en toda la tradición señorial; y el otro comité con participación de los trabajadores y clases medias. Finalmente, se genera una fusión hacia el año 1980 y se estructura de manera oficial un solo comité. Están Bilbao la Vieja, Jorge Rojas Tardío, etc. Esto significa la creación de nuevas estrategias y una mayor institucionalización del Comité Cívico. Ya institucionalizado, hay tres presidencias, de Rojas Tardío; Freddy Araníbar, y la mía. 

En mi gestión se elaboran estatutos internos, estableciendo un importante equilibrio debido a la representación de todos los sectores societales. Por un lado, la Federación de Entidades Empresariales representada con las Cámaras de Industria, de Comercio, de Exportadores, Asoban y, por otro, organizaciones como la COD y sectores afiliados, el Sindicato de Fabriles, la Federación de Maestros e instituciones académicas como la UMSS. Asimismo, se da apertura a las Federaciones de Juntas Vecinales y de Campesinos, es decir, era un abanico muy grande de representatividad plural en el Comité. En esta gestión se crean los Comités Cívicos Provinciales.  

De todo ello, una determinación institucional significativa dio cuerpo al Comité: se prohíbe la participación de Alcaldías y Prefectura y se explicita que no puede haber representación de partidos políticos, aunque se presume que existe una visión política, pero de ninguna manera el Comité Cívico podía ser instrumentalizado en función de intereses personales, ni político partidista”. (Continuará). 

MIRADAS ANTROPOLÓGICAS

MARÍA ESTHER MERCADO H.

Antropóloga y docente 

universitaria

[email protected]