Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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14 de septiembre

Se calcula que escribió unas cincuenta mil cartas a unos dos mil quinientos corresponsales y cientos de ellas, en los últimos años de su vida dedicadas a realizar una obra donde plasmó los conocimientos de su época, en la cual reflejó una dimensión científica y filosófica al rescatar los valores de la universalidad del conocimiento, el respeto entre diferentes culturas, la libertad del hombre, los derechos humanos y la democracia.

Asimismo, reunió, organizó y unificó incalculable información proveniente de diferentes lugares del planeta, entrelazando variedad de situaciones, experiencias y conocimientos con vistas a un todo. Su método fue empírico y analítico. Observó, registró, interpretó con visión amplia. Era un observador nato, lleno de curiosidad, inteligencia, inclinado a nutrirse de conocimiento al solo observar el curso de la naturaleza. Fue historiador, filósofo, escritor, naturalista, explorador, geógrafo, vulcanólogo y con todo ese bagaje de cualidades y sensibilidad se lo considera también antropólogo. La humanidad se enriqueció con sus conocimientos y él expresó: “Todo lo que se escribe debe generar alguna sensación”.

En aquel entonces, la sociedad decimonónica puso fin a los estamentos cerrados, para dar paso a una sociedad de clases en las que el burgués se impuso como paradigma del triunfador y con ello, la conquista del hombre sobre la naturaleza. Las estructuras económicas respondieron al éxito de la economía liberal capitalista y el mundo artesanal, gremial, campesino, de épocas anteriores, fue sustituido por el mundo industrial, empresarial, urbano, proletario. 

En ese contexto geopolítico llega a América (1799-1804) y cambia el imaginario hacia nuestro Continente, hacia el mismo ser humano. Tuvo una mirada holística de la realidad al plantear que para comprenderla se la debe mirar como un todo, considerando el principio de la relacionalidad, es decir, la interconexión entre hombre y naturaleza. Asimismo a través de su romance con la naturaleza trató de cambiar la visión del mundo, en ese sentido se lo considera el primer ambientalista. Un hombre de ciencia preocupado por la educación, que él llamó “formación”. En 1801 predijo el cambio climático causado por la acción del hombre. 

Este célebre científico sienta las bases remotas del pensamiento complejo que desarrolla el filósofo Morin en 1977, donde, entre otras cosas se refiere a la capacidad de interconectar distintas dimensiones de lo real, para unir, contextualizar, globalizar, y al mismo tiempo reconocer lo singular, individual y concreto.

Envidiado por Napoleón (ambos nacidos el mismo año) y admirado por contemporáneos como Simón Bolívar, Darwin, Thomas Jefferson y Wolfgang von Goethe; el polímata Alexander von Humboldt, quien nació un 14 de septiembre, fue el glorioso naturalista más renombrado de todos los tiempos. Considerado el "Shakespeare" de los científicos por sus coetáneos y "el descubridor del Nuevo Mundo" por Bolívar.

Amante de la libertad, recalcaba sobre la importancia que deben tener las personas para elegir una profesión que los haga libres, que los haga disfrutar de lo que hacen. Ciertamente, el valor de conocer el legado de Humboldt (1769-1859) pasa por estudiar su extraordinaria obra “Cosmos”.