Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 20:22

Mi alumno en práctica acaba de irse después de nuestra reunión de evaluación. Conversamos de varios temas de coyuntura. Al terminar me dijo una frase que me dejó pensando: “hay que seguir aprendiendo”. Un poco de lo que hablamos: hay un centro de alto rendimiento para gamers en Cochabamba llamado Armagedon y hará una nota al respecto. Me pidió el dato de Wisper (el famoso jugador nacional). Hablamos de la nueva carrera de la Cato llamada Ingeniería en IoT (Internet de las Cosas) y que si pudiera, yo mismo la estudiaría ahora.

Curiosamente, el mismo día que la lanzaron, la marca Huawei estaba presentando toda su línea de wearables y accesorios para vivir la experiencia de estar conectado más allá del teléfono, como un reloj que monitorea tus latidos y la calidad de tu sueño. 

Hablamos del nuevo director de Agetic, de su gran experiencia como programador de apps. De un docente (que fue mi alumno) y que ahora es catedrático en Multimedia y que escribe para el prestigioso diario El País de España. Le conté que cuando me titulé el siglo pasado, apenas había internet en la ciudad y ahora, estoy dictando un módulo en Univalle, en un diplomado de Big Data. Los tiempos han cambiado. Todavía hay mucho que aprender. Ciclos que terminar. Procesos que empezar. Aunque estamos en una etapa de transición, todavía quedan muchos temas pendientes con nuestro pasado como país por resolver y sanar. Tachar un rostro en los snacks de Boa es sintomático. 

Pero de a poco, las cosas comienzan marchan sobre ruedas. Literalmente, le está pasando a Quantum. Un emprendimiento privado (que fue mal entendido como gestión del gobierno anterior) que fabrica autos eléctricos en la ciudad, y que, finalmente, logró la Certificación de Producción Nacional. Vale decir, que los propietarios de dichos autos podrán tener placas de circulación como debe ser. El acto fue presidido por la presidenta Jeanine Añez, en su primera visita a la ciudad, y dio palabras de ánimo y fuerza a los emprendedores, tan necesarias y urgentes ahora. Al terminar, todos los presentes querían una foto con ella. Mónica fue más allá y le dio un abrazo largo y sentido. De alguna manera, es lo que nos está sucediendo. Estamos sanando, sin palabras solo con acciones. Sin hostilidad digital, sino con otra actitud.

Mi alumno en práctica quiere quedarse en #PuntoBO después de su materia. Le digo que sí porque en realidad, yo soy el que seguirá aprendiendo de él. Porque sé que ustedes todavía tienen mucho que dar y hacer. Porque vienen días mejores.