Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 19:50

La revista MIT Technology Review escoge cada año a una lista de 35 innovadores de menos de 35 años como destacados por sus logros. Hace unos días, la lista fue publicada e incluye a Stanley Salvatierra, boliviano, creador de la plataforma Deep Micro Systems. Desde ahí, propone crear una cámara web dota de un algoritmo de visión artificial para detectar autos que se cruza en rojo o que exceden velocidad. Una genialidad de la mano de un compatriota y que, por cierto, no es la primera vez que un boliviano aparece en esta lista. Daniella García también formó parte de esta lista con su proyecto Elemental, una escuela de programación y tecnología para niños. Punto a favor con los talentos nacionales en el rubro.

Siguiente escena. Hoy por la mañana, tomé un café con Carol Komadina, boliviana residente en Estado Unidos, y que trabaja precisamente en el sector de Educación y Tecnología (mis dos áreas favoritas) y la pregunta de rigor de todo recién llegado al “plurinational state”: ¿cómo andan las cosas por acá? Hay una tentación quejumbrosa de mostrar el lado B de un país que ha pasado por las llamas/lágrimas recientemente pero que se ha puesto de pie. Le dije que le sorprendería saber que Bolivia tiene talento humano de clase mundial y que está desarrollando toda una industria en el tema digital. Ejemplos al azar:  Entel se conectará a la fibra óptica internacional. Empresas como tuGerente.com o UltraCasas.com que ya son valuadas en millones de dólares en las rondas de inversión, empresas como Goja o Truextend que desde Cochabamba, y con oficinas nuevas, están vendiendo servicios al mundo. Pero también hablemos de nuestros pendientes. Hay algunas cosas que deben cambiar. Y ahora. Le conté que en un evento reciente, el Ministro de Economía mencionó que de 100 estudiantes que ingresan a la universidad pública, solo se titulan 7. Y que hizo la analogía diciendo que el costo para el Estado, era como pagar Harvard. Y sí. Bolivia está dando pasos importantes. Pero el gran tema por resolver es nuestro entramado sistema educativo. Hablemos de esa cifra.¿Por qué solo 7 de cada 100 llegan al final? ¿Qué sucede en el camino? ¿Por qué crees que hay tanta deserción? ¿Es muy complejo el proceso de titulación? ¿Seremos tan flexibles para modificar las mallas curriculares y actualizarlas al año y realidad del 2020? ¿Cuán útil/necesaria la universidad hoy? Algunas preguntas abiertas para ponerlas sobre la mesa. Ahora que estamos en escenarios electorales, a ver quienes ponen respuestas y voluntad para cambiar esta cifra. Este un país emprendedor, pero no pude estar divorciado de la calidad de su educación.