Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:00

Acabo de ver pasar por el cielo, a la Estación Espacial Internacional. Es casi tan grande como Sirio en noche despejada. Pasó silenciosamente rumbo al noroeste. En Twitter, tienen la amabilidad de informar su trayectoria para saber dónde verla. Este 9 de enero fue en Cochabamba. La ISS es el resultado de la alianza tecnológica de varios países, que fueron aportando con diferentes recursos para construir, esta pequeña ciudadela a 400 kilómetros de altura y en órbita al planeta. 

Te sugiero ver en Netflix, el documental del genio Darren Aronofsky llamado “One Strange Rock”, conducido por Will Smith, donde se retrata la experiencia de 8 astronautas que estuvieron allí por días, semanas, meses. Y cómo fue para ellos volver al planeta, el cómo cambiaron y se ampliaron sus percepciones. Descubrieron que todo está conectado. Por ejemplo, que la arena del Sahara vuela por encima del Atlántico para fertilizar el Amazonas. 

En detalles te hacen ver la vida de otra manera, donde la tecnología trasciende las fronteras del idioma, del país, de la religión o de tu pasado, y se vuelve en una manera de conectar con el Universo por encima de nuestras pequeñas miserias. El espíritu de Carl Sagan, Stephen Hawking o nuestro gurú, Elon Musk, que nos muestra cómo trascender desde la resolución de pequeños problemas cotidianos hasta el descubrimiento de nuestro Bing Bang interior.

Creemos en Asgardia, en la noocracia, en la transhumanidad. 

De vuelta a la Tierra. La realidad es un knock out. Un astrólogo (Ramsés) está prediciendo todo lo que sucederá en el país. No importan las medidas asertivas y profesionales que se puedan tomar, sino lo que pasará cuando lleguemos a la cuarta casa de Acuario. Un cantante de cumbia pudo instalar en agenda un pedido plausible. Ni los empresarios ni gremios lograron tanta atención de los medios. Pasamos del proceso de cambio, al proceso de cumbia. Los candidatos se postulan porque leyeron un mensaje con el número 11 cuatro veces y han sentido el llamado. Otros, también se suman a la carrera, contagiados por la anosmia (falta de olfato) generada por la cámara de eco en la que viven. Estamos de vuelta a una Tierra, donde hasta la fecha, 11 feminicidios empañan los primeros días del 2020, mostrando frente al espejo, nuestros demonios como sociedad. No es el año lo que debe cambiar, menos la ropa interior o el espantoso humo del “primer viernes” para que las cosas salgan bien. Es un cambio de paradigma, de volver a mirar hacia arriba y descubrir que de alguna manera, estamos interconectados como habitantes de este suelo. Este año te deseo sueños cumplidos, abrazos con ojos cerrados, aplausos en tus proyectos, noches estrelladas para ver hacia dónde nos dirigimos.

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