Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 20:55

Escena uno. Recibí un mensaje por WhatsApp que decía: “mi mamá estará en tu curso”. Me sorprendió gratamente, además que le puso una dosis de nerviosismo al tema. En minutos iba a estar frente a una centena de profesores del país para una capacitación en herramientas digitales y un exalumno me contaba que me iban a ver desde la linda Uyuni. La gran mayoría de ellos, con décadas de experiencia en el tema y me sentí privilegiado por el espacio y la oportunidad.

Escena dos. En un rincón de este periódico encontré una noticia que debería ser portada. Un comunicador en Los Yungas usa su antena de radio para dar clases. Se llama Martín Ballivián y sus palabras son certeras: “Lamentamos que no hay acceso a internet. Hace falta mejorar la democracia digital,  pero con ingenio y pasión, se pueden romper barreras. Ahora estamos en la radio, mañana estaremos en las aulas.” Un golpe frontal a las instituciones que no han logrado adaptarse a esta urgente necesidad de seguir con el proceso educativo.

Escena tres. En otro rincón de otro periódico del sur, encontré este dato fascinante. El GAM de Sucre ha decidido implementar un plan de ciclovías para fortalecer el uso de la bici como el mejor medio de transporte post cuarentena: mantiene la distancia y evita el aglomeramiento de personas (como en los buses). Ya comenzaron a pintar las calles para delimitar el espacio. Por favor, aplausos de pie.

Escena cuatro. Leo en otra nota sobre política una simple línea que también debería ser portada: “según la Confederación Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas, más de 100.000 mypes se declararon en quiebra en esta cuarentena”.

Mientras el foco de atención está en temas tan administrativos y mecánicos como la fecha de las elecciones, las típicas faltas a la ley de los funcionarios públicos y la gran cantidad de noticias empresariales autobombo. Otra realidad existe debajo de esa capa informativa y es precisamente la que se debería destacar. La realidad desde la base educativa y productiva del país.

Por eso, les recuerdo que esos cientos de miles de profesores que se están capacitando y sosteniendo el sistema educativo del país, están usando SUS equipos personales y conexión a internet propia. Será apropiado que sus empleadores les bonifiquen este PRÉSTAMO que están realizando para continuar con las clases. Lo propio con la base empresarial, la cual está conformada por un 80% de empresas unipersonales, a quienes, por supuesto, el sistema suele exigir (un eufemismo de exprimir) con diferentes procesos (bancarios, tributarios y claro, administrativos). Que la oficina de Impuestos abra en media cuarentena es un signo de ello.

No estamos tocando los temas importantes, solo atendiendo lo urgente y parchando las goteras de la casa. Pero, ¿realmente estamos apoyando al emprendimiento? ¿a las nuevas lógicas de transporte?¿ seguimos esperando soluciones milagrosas del Estado mientras tuiteamos sus errores desde el sofá? Mientras los profesores ganen menos que un diputado, esta película se seguirá llamando “fracaso”.