Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 19:01

Escena 1. Este lugar no necesita ser nombrado. Apenas tiene presencia en redes sociales pero con un mensaje de whatsapp, puedes hacer tu reserva. Desde hace décadas, está en el imaginario de Cochabamba en el top de restaurantes. La Monic ya no revisa el menú. Simplemente dice “estimado Rubén, usted ya sabe lo que nos gusta”, y don Rubén, un ejemplo de servicio, una master class en vivo y en directo, le dice “por supuesto doña Mónica, sean bienvenidos como siempre”. Mientras comemos, pienso siempre lo mismo y ahora lo pongo por escrito: ninguna campaña de marketing está por encima de la calidad del producto/servicio que ofrece una marca. Creer lo contrario, le da un corto tiempo de vida a esa marca.

Escena 2. Tengo el gusto de estar al otro lado de la pantalla en varios diplomados y cursos que me invitan a dictar. Hay un libro que estoy empezando a recomendar en clases, y por supuesto lo hago aquí, se llama “Tótem” del argentino Andy Stalman, un consultor en marketing y branding que te dice las cosas como son, sin anestesia y a quemarropa. Vamos con algunas frases para que te empapes de estas ideas:

“El cliente tiene el poder de amarte, odiarte o ignorarte”. Clave a la hora de entender nuestro rol como emprendimiento. ¿Cómo estamos solucionando ese problema en nuestro cliente? La respuesta en la frase tiene tres alternativas y depende de uno, donde terminar.

“Si quieres que tu marca sea importante para las personas, las personas deben ser importantes para tu marca.” La anécdota que les conté en el punto 1 se resume precisamente aquí. Pueden tener el mejor menú, con la ISO 9001, con la certificación del gremio y una fan page con 100K likes, pero si la atención que brindas es deficiente porque tu modelo de negocio no se concentra en las necesidades del cliente, todo lo demás es prescindible. En la misma línea, el autor tiene una frase precisa: “En vez de poner las nuevas tecnologías en el centro de las personas, pon a las personas en el centro de la tecnologías”. Precisamente, a esa necesidad de forzar campañas al uso de ciertas tecnologías (QR) o tendencias (influencers). Otra frase de Stalman: “Lo importante no es tratar de ser importante, sino hacer cosas que sí importen”, especialmente en un medio que demanda de la atención de la prensa especializada en negocios, y de la visibilidad de la marca en los medios, donde suelen pagar por entrevistas, cuando en realidad, no se trata de ti, sino del cliente y lo que él opina de ti como marca. Dos frases para terminar esta parte: “estamos pasando del top of mind al top of heart”, “intenta sobrevivir sin clientes mientras cuentas tus likes”.

Sí. Son importantes las redes sociales. Pero no porque te dan cifras de éxito, sino porque te conectan con la razón de ser tu marca: el cliente, porque desde ahí vas generar una comunidad que trasciende. Ya no son ventas, son amantes de la marca.

Escena 3. Veo a diario decenas de amigos y contactos que le ponen alma, vida y corazón a sus emprendimientos. Desde aquí, les deseo todo lo mejor, que puedan crecer y prosperar, pero sobre todo, que no pierdan el enfoque de lo que hacen, que no pierdan la calidad en su servicio, que el mundo empresarial tiene muchas aristas, que puedan siempre tener cerca la colaboración de mentores (en marketing, legal, negocios, etc) para profundizar sus habilidades, pero, sobre todo, algo que resume a perfección lo que aquí comentamos. Las sabias palabras del gurú del Marketing Philip Kolter: “la mejor publicidad es la de los clientes satisfechos”. Eso es lo que les deseo de todo corazón.

PUNTO BO

Marcelo Durán V. 

Docente y consultor en Tecnología de la Información en la Agencia Bithumano

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