Bolivia es un país donde es ilegal tener vidrios polarizados en el auto, pero puedes circular en un auto chuto, con placa clonada y traído “a pedido”. ¿Viste dónde “encontraron” los autos robados en Chile? Sí, en casa de funcionarios de la Policía.

Bolivia es un país donde tuvieron que morir cinco estudiantes universitarios para destapar a la tremenda rosca mafiosa detrás de los dirigentes (llamados “dinosaurios”). Tuvieron que morir tres policías acribillados para descubrir que “hay mafias del narcotráfico en Santa Cruz”.

Es el país donde un comediante de stand up, sin apelar al clásico humor barato del borrachito o la cholita, hizo videos caracterizando el maltratato de las instituciones públicas y privadas de Bolivia. ¿La respuesta? Una carta de amenaza porque en vez de mejorar y escuchar las críticas, ofendernos es nuestro himno nacional.

No es casual, que dentro de la sección de columnistas de ciertos periódicos, se hayan infiltrado algunos funcionarios públicos que firman como “economistas”, mientras le sacan brillo con la lengua a los datos de su gestión desde sus “apreciaciones”.

Bolivia es el país excluido del corredor bioceánico, y que, desde las misiones en el extranjero, hacen sendos esfuerzos por incluirnos de nuevo. Pero olvidan que somos “el país bloqueo”. Titular: “En Chuchitobamba bloquean la carretera porque el colegio local no tiene pupitres”. Imagínate lo mismo pero con carga internacional.

Esa misma misión extranjera, tan preocupada por la “injerencia de los países del mal”, olvidó leer el reciente informe de Henley Passport Index (que mide la cantidad de países que puedes visitar sin visa), donde muestra que el pasaporte boliviano tiene acceso a solo 79 países, mientras nuestro vecinito tiene acceso a 174 países.

Bolivia es el país donde le decimos “transporte público” al servicio de transporte privado sindicalizado, mejor llamado “la niña de sus ojos” del Estado. ¿Qué quiere mi nena linda? ¿No pagar impuestos por su servicio, que le regalemos el cambio de motor de gasolina a GNV, que no tengan restricción vehicular, inspección técnica masiva sin revisar los autos, trato preferencial con la Policía, que les devolvamos el dinero de peajes? Claro que sí mi princesa, sus deseos son órdenes.

Bolivia es el país donde se gasta más dinero en decir “estamos saliendo adelante” o la frase de gestión del momento, que en usar ese mismo dinero, precisamente para estimular a los emprendimientos para que sí puedan salir adelante. La propaganda vale más que un bolsillo llegando a fin de mes.

Bolivia es el país donde se quiere castigar a los profesores que den tareas en el “descanso pedagógico de invierno”, en vez de estimular el amor y gusto por la lectura. Cuidadito estés leyendo porque está prohibido. Ahora que lo pienso, eso explica muchas cosas.

Bolivia es un país donde si quieres que algo fracase, nombra un comité o conviértelo en empresa pública: naranjasbol, platanobol, chairobol; "bol" es precisamente lo que les falta para hacer empresas públicas rentables.

Bolivia es el país donde unos avasalladores, secuestraron a periodistas que fueron a investigar el hecho. Estos forajidos fueron detenidos a regañadientes y después de ocho meses, su Señoría les dio libertad sin escolta policial. ¿Qué más quieren las niñas? ¿Una carta de disculpas porque entorpecieron su trabajo ampliando el negocio de tierras ilegales con color azul? Por suerte, el ministro de Justicia dice cada día que “somos soberanos y no tenemos injerencia en la justicia”.

Por suerte, tenemos a la oposición que canta y karaokea en la Asamblea, que sube lindas fotos de viajes a Instagram y de vez en cuando, una selfie trabajando. Por suerte, tenemos humoristas que nos recuerdan que las verdades se dicen entre risas, y que un pueblo feliz, es aquel que se burla de sus reyes. Gracias Bakunin por mostrarnos el camino.

Como decía el Maestro Papirri, “mal que mal, estamos bien”.

PUNTO BO

Marcelo Durán V.

Docente y Consultor en Tecnología de la Información en la Agencia Bithumano

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