Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

En pandemia todo es más difícil

En pandemia todo es más difícil

La verdad es que antes todo era más fácil. No tenías que desinfectarte cada vez que entrabas y salías de un lugar; ni tenías que andar con barbijo todo el día y lavarte las manos a cada rato. Cada vez escucho en la boca de más personas “en esta pandemia todo es más difícil”.

En mi empresa hemos generado un protocolo de bioseguridad bastante estricto, determinando que las áreas de trabajo, el automóvil, las obras y la fábrica son “áreas desinfectadas”. El trabajar con seguridad nos ha generado un aumento en los costos de producción, mermando nuestra productividad.

Mis padres son adultos mayores y catalogados como de alto riesgo. Para ellos, entrar a trabajar por videoconferencia y videollamadas no estaba en sus planes a corto ni largo plazo, por lo que pensamos que les había llegado la jubilación forzosa. Ellos se han rehusado a esta realidad, y con mucho esfuerzo están logrando gestionar y ejecutar sus proyectos a través de videollamadas, colocando sus documentos en la nube e incluso supervisando a través de cámaras de video que han colocado en cada una de sus obras.

El mundo sigue girando. A pesar de lo difícil que es hacer cosas ahora, la gente se está dando modos creativos para seguir adelante. La educación virtual ha sido un reto para todos, estudiantes, padres y profesores. Pero, una tarde quedé gratamente sorprendido de ver cómo mi hija de 6 años estaba pasando clases de pintura de manera virtual.

En un momento en que la vida se muestra algo oscura, estas muestras de resiliencia son una luz. Como la felicidad de mi hija, generada por un payaso de un cumpleaños virtual, que se ha rehusado a perder  las sonrisas de los niños o cómo estos  se han rehusado a perder contacto con sus amiguitos, jugando hasta a las escondidas a través de una pantalla.

Hace unas semanas, tuve que ir de emergencia al hospital por un problema del estómago. Cuando estuve en emergencias, vi que la primera misión de los médicos es tratar de eliminar el dolor de los pacientes. Al volver a casa tomé la decisión de aislarme, esperando 14 días para ver si había contraído COVID-19.  Ahí es cuando se me vino la frase  “ahora ir al hospital es más difícil”.

Por suerte todo salió negativo y pude comprobar en sangre propia que el barbijo, lavarse las manos frecuentemente e intentar generar  distancia social son las vacunas y remedios más efectivos contra el COVID-19.  Realmente, antes todo era más fácil, pero me gusta sentir que pertenezco a las personas que se han rehusado a dejar de vivir preservando la bioseguridad.

#ACTUARENVEZDEHABLAR

MANUEL LAREDO GARNICA

Emprendedor Social en Economía Circular

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