Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 12:23

Más vale tarde que nunca

Más vale tarde que nunca

Actualmente, estoy viviendo muy cerca de los Grandes Lagos Norteamericanos y he estado visitando una de las reservas más  importantes de agua dulce del mundo. Sus playas parecen ser mares cerrados. Es una de las experiencias más bellas que he tenido en mi vida. 

En uno de esos viaje, pude observar un letrero en el que decía que no se pueden comer los peces de estos lagos debido a su alto nivel de tóxicos cancerígenos en el agua (cianuro y otros). El gran desarrollo económico generado por la industria química ha tenido su víctima: los lagos y los ríos de esta región. Inclusive, desde 1965, han habido muchos casos de niños nacidos con defectos genéticos. Esto ha dejado una huella social y ambiental, que desde hace 30 años se intenta reparar.  

Hace unas semanas en Mendoza, Argentina, se ha derogado “La ley cianuro”, norma que permitía el uso de químicos y cianuro en la minería, generando un gran daño en el ecosistema vegetal en la zona y poniendo en riesgo la salud de los habitantes, pero también arriesgando el ya gran conocido cluster vinícola. No por nada, es conocida como la “Capital Internacional de Vino”. Miles de personas han marchado por las calles en contra de esta ley, dejando un saldo de 40 detenidos y varios heridos.

Cada vez que digo que soy de Cochabamba, explico que esta deriva de las palabras quechuas “Khocha” que es lago y “Pampa” que es área. Es decir, somos del área de los lagos. Lo que pasa es que Cochabamba posee una cuenca hidrológica importante que en realidad es la razón por la que existe la vida en nuestra región. Está por demás explicar los daños que se han realizado y que se están realizando a la cordillera del Tunari, río Rocha, laguna Alalay, laguna de Coña Coña, etc. Regenerar estos espacios resulta muy caro, reflejado que el balance económico fue positivo para las empresas y personas, que contaminaron esas aguas, pero teniendo un costo altísimo para nuestra sociedad. El costo es tan alto, que incluso nuestras instituciones no pueden conseguir recursos para solucionar este tema. Personalmente, creo que es importante dar nueva vida a este sistema hidrológico, porque de eso depende la vida de los cochabambinos. Pensar en un desarrollo económico sostenible debe ser la misión de empresarios, autoridades y ciudadanos (...). Principalmente creo que no es un problema solo de dinero, sino de tener una visión sostenible de nuestra ciudad. Estamos retrasados, pero nunca nos olvidemos  que “más vale tarde que nunca”.