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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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El galope de las cebras

El galope de las cebras

En el mundo del emprendimiento o startups se habla mucho de los unicornios, que son aquellas empresas que buscan alcanzar una valoración de 1.000 millones de dólares, pero a costa de buscar un crecimiento exponencial que permita generar una nueva inversión. Para esto, buscan capitales de alto riesgo y tienen gastos descontrolados para mejorar sus indicadores de crecimiento, como volumen de mercado, cantidad de operaciones, desarrollo de mercado y otros. Muchas veces en este camino van generando pérdidas, buscando una valoración de la empresa basada en la especulación.

Por otro lado, están las que a mi me gusta llamar,  las empresas cebras. Las cebras son aquellas que van creciendo poco a poco, teniendo una relación de dar y recibir con su ecosistema, promoviendo un balance con su contexto. Son aquellas empresas que generan ventas buscando la eficiencia, teniendo como objetivo el de cuidar el flujo de caja buscando mejorar su impacto ambiental y social. Por tanto,  su crecimiento y valuación son más terrenales, basadas en sus resultados financieros y en la búsqueda de una utilidad a corto plazo, y generar negocios más sostenibles que le permitan permanecer por más tiempo en el mercado.

En un mundo, en el que futuro es incierto y en el que las tasas de intereses son más elevadas, con un nivel de inflación de 2 dígitos y con una recesión económica a la vista, los capitales están buscando inversiones más seguras  buscando empresas que a pesar del contexto se mantienen estables, con crecimientos controlados protegiendo su flujo de caja y principalmente el capital invertido. Esto se ve reflejado en el despido masivo de los últimos meses en diferentes startup o empresas tecnológicas a nivel global, que no están logrando obtener la próxima gran inversión que permita seguir quemando dinero en pro de un crecimiento acelerado, sufriendo así las consecuencias de un escenario macroeconómico adverso.

Esta coyuntura internacional puede ser una oportunidad muy grande para las cebritas, que de forma callada han estado generando un crecimiento más lento pero más sólido y, por tanto, son modelos de negocios con menor riesgo, que es lo que buscan los inversionistas en un mundo con tasas de interés más elevadas. 

Considero que en los próximos años estaremos escuchando el galope de las cebritas y  donde los unicornios comenzarán a pintarse de rayas para atraer inversionistas. La crisis actual está obligando a los que querían ser unicornio a cambiar sus modelos de negocios para hacerse más terrenales, esperando la nueva venida del exceso de liquidez, bajas tasas de interés y una nueva coyuntura macroeconómica. ¿Será esto el fin de esta burbuja o será una historia que continuará?

#ACTUARENVEZDEHABLAR

Manuel Laredo Garnica

Emprendedor Social en Economía Circular

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