Nuestra capacidad de nombrar
El día que un hombre o una mujer nombraron por primera vez un objeto, una acción, una emoción, el mundo cambió para siempre. Este hecho se repite hasta nuestros días y sigue siendo motivo de asombro y felicidad, sino miren la expectativa de los padres y las madres por la primera palabra, o el alboroto que genera la incorporación de una palabra a nuestros lenguajes, o la sofisticada búsqueda de un poeta por la palabra precisa, o la compleja búsqueda de un científico por la palabra, caramba que coincidencia, precisa. Son momentos importantes casi mágicos de nuestras vidas.
Es que nuestra capacidad de nombrar las cosas, las emociones, las acciones, en fin, lo que nos rodea y lo que no nos rodea, es probablemente una de las capacidades humanas más importantes, en esa capacidad está la posibilidad de pensarnos y encontrarnos, la capacidad de narrarnos, de tener pasado, presente y futuro, por ello y por todas las razones que podamos nombrar, es importante mantener viva esta capacidad y posibilidad.
Estas ideas surgen de una conversación iniciada pocos días atrás con un par de amigos docentes en la Católica, la conversación inició por cuestionar la idea de que en un mundo cada vez más mediado por las tecnologías de comunicación todos somos usuarios. Debo confesar que esta columna solo muestra un lado de la conversación, ello por la esperanza de que la conversación siga.
Mi preocupación pasa por esa necesidad de encontrar palabras totalizantes, es decir, una palabra que explique muchas cosas a la vez. Siguiendo con el ejemplo, es cierto que al usar las computadoras, las tablets, los celulares y demás dispositivos de comunicación, somos todos usuarios, sin embargo, cuando las uso para pasar clases, en realidad soy estudiante y docente, cuando estoy en una plataforma de compra y venta soy cliente, etc. Hago esta referencia para mostrar y rescatar la idea de que nuestras relaciones son diversas y nuestra capacidad de nombrarlas e identificarlas también, eso nos da una riqueza casi infinita de posibles relaciones y, por lo tanto, de encuentros.
Estas ideas son una invitación a conversar sobre qué está pasando con nuestra capacidad de nombrar las cosas, las emociones, las acciones, en fin de narrarnos diferentes, pero como toda narración de escucharnos, de comunicarnos.
CONSTRUIR COMUNIDAD
LUIS CAMILO KUNSTEK SALINAS
Director de Carrera Comunicación UCB - Coordinador Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales