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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Efecto lógico: “el desbande”

Efecto lógico: “el desbande”

Nada de analogías peyorativas sobre ratas que saltan del barco, o romanticismos sobre la lealtad con el compañero al pie del cañón, nada de esto debería aplicarse para comprender las reacciones de algunos analistas económicos y exautoridades del gobierno de facto. Ahora cuando las “papas les queman”, cada uno de ellos visibiliza la posibilidad de asumir responsabilidades por la adquisición del polémico crédito irregular del FMI, consecuencia, todos los implicados se estarían desbandando.

Sus reacciones, expresadas en análisis a manera de intentonas que buscan presentar su verdad —sin quedar claro, si tratan de convencer a la opinión pública o a ellos mismos¬—, son un efecto lógico, resultado de no haber podido adecuar su mitomanía, al sentido común de la mayoría. ¿Cuáles son los hechos que obvian en sus análisis? Básicamente, que durante el 2020, Bolivia adquirió un crédito del FMI, un crédito irregular, así de claro: “irregular”.

Irregular, ya que era un IFR que condicionaba imposiciones fiscales, financieras, cambiarias y monetarias, y no cumplía con dos artículos de la Constitución Política del Estado (158 y 322). Si bien la génesis de este crédito fue irregular, su desarrollo fue mínimamente ineficiente, no se dispuso del mismo, a pesar de que el gobierno dictaminó su traspaso y disposición descrito en el Decreto Supremo 4277.

A esta altura del problema, ya no son un bloque único, sino cada uno trata de salvarse el pellejo. No interesa si en este afán, perjudican al otrora compañero. Este es el caso del exviceministro Schlink, quien en julio de 2020, en un “acto de lealtad” a José Luis Parada, renunció a su cargo como viceministro de Tesoro y Crédito Público, pero ya en junio de este 2021, responsabilizó a ese mismo José Luis Parada, de haber sido quien tramitó el “crédito del FMI” y así lavarse las manos.

Algo parecido se halla en la declaración del exministro Branko Marinkovic de marzo de este año, en la cual, señala: “esta cartera se ve imposibilitada de señalar cuenta alguna de la cual debitar cobros sobre esta operación financiera (crédito del FMI)”, en otras palabras, Marinkovic siendo ministro de Economía se negó a recibir los recursos provenientes del crédito del FMI, nada anómalo, de no ser que esta declaración se conoció a raíz del juicio instaurado a Jeanine Áñez.

Los aludidos indirectos también tratan de salvarse; en su última estrategia, están aplicando la “Analogía Sesgada”. La pretensión más reciente es de Casto Montero Kuscevic, quien en un artículo infiere sobre las obligaciones adquiridas por Bolivia ante el FMI en 2009; en su artículo revuelve datos de la gestión pasada y los analiza desde su postura y descubre el agua tibia, “chocolate por la noticia”.

Como dato para Casto Montero (y otros aludidos), de seguro la actual gestión gubernamental tendrá que realizar gestiones crediticias ante el FMI y otros Organismos Internacionales, pero con dos variantes claras que no se cumplieron en la anterior gestión: 1) Estos créditos tendrán que cumplir con toda la normativa boliviana y 2) El dinero obtenido podrá ser utilizado y no deberá permanecer inactivo.

Son muchos los argumentos planteados por los “i”-responsables que gestionaron el crédito ante el FMI que podrían complejizar y generar sobreinformación con el fin de confundir a la opinión pública, pero al igual que con las Fuentes Eléctricas, conocemos su Entrada y su Salida. La Entrada son los hechos descritos en este artículo, hechos que describen la gestión de un proceso crediticio ilegal, y la Salida (o en este caso, Efecto), la estamos conociendo estos días.

No es necesario desgastarse tratando de argumentar sobre lo mal que se hizo en 2020, basta con observar que existe un efecto de “sálvese quien pueda”, entonces concluir que cuando un bloque opta por separarse, echarse culpas entre ellos y adecuarse al individualismo, su “causa” no fue la correcta.

Lo que vemos son analistas y exautoridades tratando de incriminarse entre ellos, esa señal explica que nadie quiere verse afectado con el crédito del FMI, porque obviamente nadie quiere pringarse y el efecto más lógico es el desbande.

FORO

Carlos F. Camargo Ticona

Comunicador Social

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