La pandemia por la COVID-19 y el acercamiento casi obligado al mundo digital, trajo también un incremento y mayor riesgo de sufrir violencia digital. Prestar atención y conocer la magnitud de este tipo de violencia ejercida hacia las personas con VIH, es un tema de interés del Instituto para el Desarrollo Humano, por lo que realizamos un cuestionario anónimo y en línea a 46 personas con diagnóstico positivo.

Los resultados reflejan que un 9% sufrió amenazas o chantajes con publicar fotos o videos íntimos. Y un 30% señala haber sufrido algún tipo de violencia digital relacionada con su diagnóstico de VIH, con acoso o indirectas de difundir su diagnóstico por redes sociales y además utilizando un lenguaje inapropiado, etc.

78% de los encuestados reside en la ciudad de Cochabamba y la mayoría tiene entre 18 y 39 años. Las redes sociales que más utilizan los encuestados son Whatsapp, Facebook e Instagram.  Los datos que las personas con VIH suelen publicar en estas redes son: nombre completo, una foto o imagen personal y su número telefónico. Solo el 13% de los encuestados afirman no haber publicado ningún dato personal.

La gran mayoría considera que no es necesario hablar de su diagnóstico de VIH en las redes sociales a través de sus cuentas personales. Sin embargo, una minoría tiene además una cuenta alternativa (falsa), que la utilizan para protegerse y no ser acosados por su estatus serológico.

El 24% de los encuestados afirma que se reveló su diagnóstico de VIH sin su autorización, violando su derecho a la confidencialidad, en el 10% de los casos, lo hicieron por la vía digital. Este porcentaje refleja que persiste el estigma y discriminación hacia las personas con VIH.

La ley 3729 de prevención, protección de los derechos humanos y asistencia integral multidisciplinaria para las personas que viven con el VIH/sida, establece el derecho a la confidencialidad, y a pesar de ello, lamentablemente se continúa vulnerando sus derechos y las denuncias son escasas. Esto se debe al interés de las personas con VIH de preservar su confidencialidad y tienen, además, el sentimiento que una denuncia les pondría en mayor evidencia.

La revelación del diagnóstico y por las formas de violencia sexual digital percibidas por las personas con VIH, no son favorables para brindar respuestas a la pandemia, porque determina que no acudan a los servicios de salud para hacerse el test para VIH o recibir el tratamiento con antirretrovirales. Prefieren negar u ocultar la infección, lo que se refleja en el temor a realizarse la prueba del VIH y el miedo a que se conozca su diagnóstico por familiares o amigos.

El 33% señala haber compartido fotos o videos íntimos de carácter sexual por vía digital y como ya se indicó, el 9% sufrió algún tipo de amenaza o extorsión con publicar este material íntimo en las redes sociales. La mayoría refiere que ante esas amenazas no tomaron ninguna acción, esta situación refleja la dificultad de denunciar, la ausencia de justicia y tal vez de aceptar “como normal” la violencia digital, que está afectando en la salud con insomnio, depresión y hasta suicidio.

Las reacciones surgidas ante las amenazas o chantajes digitales fueron: vergüenza, miedo y rabia, sentimientos que reflejan la vulnerabilidad de las personas ante la violación de la intimidad sexual. Entonces vuelven a resurgir los tabúes, prejuicios y estereotipos sexuales por haber supuestamente cometido algo “indebido”, sensación que provoca más discriminación y vulneración a los derechos sexuales que tienen todas las personas: la intimidad y la confidencialidad.

La información sobre ciberseguridad en esta población debe fortalecerse, porque el 35% de los encuestados desconoce las normas de seguridad digital, que los hace aún más vulnerables de sufrir violencia sexual en las redes sociales digitales.

FORO

Karina Rojas Gómez

Psicóloga Instituto para el Desarrollo Humano

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