Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 17:03

Nueva izquierda, feminismo y religión

Nueva izquierda, feminismo y religión

A diferencia del Socialismo del s. XXI, la “nueva izquierda” que en América Latina llega al poder de la mano de Boric en Chile y de Petro en Colombia, lo hace articulada a movimientos feministas y ecologistas. Esto significa que las demandas sobre derechos sexuales y derechos reproductivos serán centrales en las políticas públicas, junto con una creciente oposición de grupos religiosos conservadores.

A futuro será difícil ver las extrañas alianzas entre evangélicos y gobiernos de izquierda, como lo ocurrido en México con Encuentro Social y López Obrador, en Brasil con el Gobierno de Dilma Rousseff y grupos evangélicos, o en Bolivia con Evo Morales y líderes metodistas. En la medida en que los movimientos feministas y de las diversidades sexuales jueguen un rol cada vez más importante en la nueva izquierda, los católicos y los evangélicos conservadores apoyarán explícitamente a opciones de extrema derecha, como se observa hoy en la campaña electoral brasilera con Bolsonaro.

Es previsible también que la disputa por los derechos sexuales y los derechos reproductivos se intensifique, polarizando a la sociedad entre conservadores y progresistas, como ocurre hoy en EEUU con el derecho al aborto legal.

En Bolivia, en los próximos meses, la polarización social se profundizará con el debate sobre los derechos de mujeres y de las diversidades sexuales. Esto traerá aparejado un creciente protagonismo de grupos religiosos conservadores aliados a expresiones políticas de extrema derecha, como lo ocurrido durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez. A esto hay que añadir la debilidad de los líderes políticos que protagonizaron la crisis del 2019, lo que permitirá el surgimiento de líderes populistas con poca trayectoria política y con discursos incendiarios. 

Guerras culturales, discursos religiosos y polarización: este será el escenario en el cual deberán avanzar y consolidarse las demandas de los movimientos feministas, de las organizaciones LGBTIQ+ y de las expresiones ecologistas, para dar el salto de una izquierda tradicional encarnada en el gobierno de Arce, a una nueva izquierda. Una nueva izquierda que deberá mantener la impronta indígena y popular que el MAS logró colocar en el centro de la disputa política en el país.

UN POCO DE SAL

JULIO CÓRDOVA VILLAZÓN

Sociólogo

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