Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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¿Será posible transformar la justicia?

¿Será posible transformar la justicia?

Peligrosamente, la situación institucional del país va empeorando día que pasa, un proceso alimentado desde diferentes flancos. Desde el Órgano Ejecutivo existe un esfuerzo sistemático de debilitamiento a los otros órganos del Estado, empezando por el Legislativo, al que se le fue disminuyendo en importancia hasta convertirlo en un club de marionetas con el único rol permitido a legisladores/as, el de levantar la mano para aprobar al unísono las órdenes emitidas por el dueño del partido gobernante, o evitar, así sea a través de golpes de puño, patadas, escupitajos, arañazos gritos o trampas, que los opositores emitan su opinión.

El Órgano Electoral, al que después de la huida del dictador, en un arranque de racionalidad, las fuerzas políticas se pusieron de acuerdo para dotarle de autoridades sin militancia partidaria reconocida que, con errores propios de una gestión compleja como la de organizar elecciones limpias después de más de una década de manoseo y sumisión indigna, llevaron a buen fin la tarea que se les encomendó. Sin embargo, fue suficiente que el candidato ganador asuma el cargo para que nuevamente la institución sea tomada por asalto por las huestes oficialistas, obligando con amenazas y descalificaciones de por medio a la renuncia de las autoridades legalmente constituidas.

El Órgano Judicial junto al Ministerio Público, como nunca en su historia han caído al fondo del precipicio hasta perder el mínimo respeto y valoración social que les quedaba por prestarse a cumplir la función de los servicios de represión política que existían durante los gobiernos militares. Muchos de sus miembros, desde los de la más alta jerarquía mal usan su poder para disfrazar de legalidad las violaciones a los  Derechos Humanos. Sin vergüenza alguna renuncian a su independencia e imparcialidad para someterse a los otros órganos y a poderes fácticos. Un claro ejemplo de la pérdida de autoridad de magistrados, jueces y fiscales son las amenazas de tomar los juzgados que hacen los movimientos sociales aun cuando mayoría de funcionarios/as son militantes masistas. Entre tanto, en la sociedad cunde peligrosamente la tentación de la justicia por mano propia en la que gente energúmena aprovecha el dolor y la indignación colectiva para remover las miserias humanas e inducir a la masa a cometer similares o peores delitos de los que se denuncian.

En estos niveles de deterioro institucional del Estado, el empobrecimiento de valores y principios democráticos en la sociedad, la pregunta es si será posible llevar adelante una reforma judicial seria y libre de juegos con ases en la manga de los que detentan el poder.

DE FRENTE 

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]