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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Prematuro malestar

Prematuro malestar

Aún no fueron posesionados como Presidente y Vicepresidente Luis Arce y David Choquehuanca, pero el ambiente político en el país vuelve a convulsionarse, el malestar se siente en las calles y las redes sociales.

Una de las fuentes generadoras del malestar social resulta ser la Justicia,  esa que durante 14 años indignamente se sometió a la voluntad del partido gobernante, al extremo que la exhibición de carnet de militante era, no solo garantía para convertirse en autoridad en el Sistema, así sea sin reunir requisitos de idoneidad ni éticos mínimos; también sirvió  para negociar nombramientos de personal, autos supremos, autos de vista, sentencias, hasta resoluciones de mero trámite.  

Una vez más, la Justicia boliviana  volvió a ponerse de rodillas sin vergüenza ni disimulo;  ante peticiones sin mayor fundamento, presurosos  jueces/as  emitieron resoluciones  revocatorias de disposiciones de inicio de investigación y otras adoptadas ante las múltiples pruebas que señalan a los/as investigados/as,  y en algunos casos ya imputados, como probables  autores de delitos muy graves: como vínculos con el narcotráfico, terrorismo, enriquecimiento ilícito, fraude electoral, daños al Estado, estupro y otros. 

Con esta determinación no solo se empujan al fondo del más putrefacto fango a la Justicia, sino que dejan el estigma grabado en la frente de las exautoridades que hasta hoy eran simplemente sospechosas y gozaban de la presunción de inocencia entre tanto no se demuestre lo contrario; pero, que por el “favor” recibido de jueces/as venales a los ojos de la población son y serán “delincuentes confesos” , como diría Evo Morales; y de nada les servirá el poco o mucho dinero acumulado, pues la gente honrada, que cuida su prestigio y no vive de favores de los políticos, evitará compartir espacios con ellos/as y sus descendientes, serán los que más soporten el reproche social.

Y como si todo lo anterior fuera poco, no faltó un juez que generosamente le otorgó el beneficio de arresto domiciliario a la “reina del norte” , mujer con dotes milagrosas, capaz de alcanzar la cúspide de la riqueza acumulando la exorbitante suma de 150 millones de dólares en escasos cinco años cuando dejó su oficio de vendedora de bocadillos.  Y no es que estemos contra ese beneficio, solo que indigna que este no alcance a miles de  presos/as  que no cuentan con esos millones, no organizaron bacanales para políticos en el poder, ni tienen la tarea de organizar la “apoteósica llegada” del jefazo.

Dudamos que sea buena señal para el nuevo gobierno la provocación de este prematuro malestar.

DE FRENTE

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada y directora de la OJM

julietamontañ[email protected]