Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 18:17

¿La justicia boliviana tocó fondo?

¿La justicia boliviana tocó fondo?

En Bolivia suceden casos cada vez más aberrantes que generan inseguridad y desconfianza en todo el Sistema de Justicia y el accionar político de los gobernantes. Lo primero que nos sacudió a los bolivianos es saber que otro hombre del círculo muy próximo al expresidente Morales se halla entre los señalados como miembro de un poderoso cartel de narcotraficantes. Comprensible que la noticia caiga como una volquetada de lodo sobre Bolivia, porque no es la primera vez que gente de la confianza del gobierno masista se halle vinculada al crimen organizado, los casos: hermanas Terán, el amauta que coronó a Evo Morales en el Titicaca, general Sanabria y muchos otros que a lo largo de los 14 años no fueron atendidos con la diligencia que merecía, al contrario, el Ministerio Público se encargó de minimizar y desestimar las denuncias. 

Aun con el sincero deseo de no pensar mal de las autoridades gubernamentales, este último caso nos obliga a preguntamos ¿es posible que un Estado fuerte como el Plurinacional de Bolivia que cuenta con el apoyo de la inteligencia cubana, venezolana, y se dice que hasta iraní, no hubiera tenido información sobre las andanzas de sus adulados jefes policiales?, porque a estas alturas, aparte de Sanabria que llegó al cargo con una hoja profesional impecable, los otros no necesitaron siquiera cumplir requisitos mínimos, al contrario, pese a la gran carga de dudas sobre su honestidad fueron promovidos a cargos importantes.

El caso de los ítems fantasma del municipio de Santa Cruz que es otro ilícito repugnante porque  priva de recursos para la atención de las necesidades básicas de la población,  es usado como un gigantesco salvavidas para la imagen gubernamental; aunque, muy a pesar de sus operadores, lo que logró fue poner al descubierto la complicidad de la Fiscalía departamental que se guardó el caso para en su momento usarlo como instrumento de chantaje, vaya uno a saber en beneficio de quién. 

Pero, lo que ya no deja mayores dudas sobre la descomposición de la justicia boliviana y que esta tocó fondo, es el caso del llamado asesino serial que gozó de la benevolencia de un juez con mucha influencia política para continuar sumando víctimas a su voluminoso prontuario, siendo un reo rematado y sin derecho a indulto.

Una vez más la respuesta oficial para acallar el malestar popular es la conformación de comisiones entre miembros de la familia masista, las que terminarán presentando un mamotreto de miles de folios sin esencia ni propuestas de solución para salvar de la podredumbre al Sistema de Justicia. Desgraciadamente ese lodo también salpica a las pocas autoridades que, a pesar a las presiones que reciben, tratan de cumplir con su trabajo honestamente.

DE FRENTE 

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]

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