Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Infinita perversidad

Infinita perversidad

El mundo entero es testigo del demencial atropello cometido por el dictador Vladimir Putin a Ucrania. No satisfecho con despojar de sus derechos, riqueza y dignidad a los habitantes de Rusia, un día amaneció con la idea de que el gobierno del país vecino le resultaba incómodo por su acercamiento a países del occidente, política que según su paranoia y maniqueísmo constituía un peligro para sus intereses. 

Sin mayores trámites invadió Ucrania causando en su primer día de aventura decenas de muertos entre niños/as, mujeres, ancianos y adultos no combatientes. Felizmente, al unísono los países censuraron el inicio de esa injustificada guerra y más allá de sus diferencias ideológicas se pusieron de lado del agredido y ofrecieron todo su apoyo económico, militar y humanitario, exceptuando algunos gobiernos ignorantes y desubicados o socios en los sucios negocios del tirano. 

Hoy cuando se contabilizan más de cincuenta mil muertos entre combatientes y mayoritariamente población civil, al dictador no le importan las condiciones en las que combaten sus tropas, ávidos de agua y alimentos y armamento suficiente para defenderse, los soldados llenos de ira, esa que no la pueden descargar contra el autor de su infortunio, cada vez con menos esperanza de que acabe el infierno al que fueron enviados, se dedican a saquear, asesinar por puro placer a cuanta persona nativa se les pone en el camino, violan a mujeres y niñas, destruyen los servicios básicos en los territorios ocupados y, cuando son obligados a abandonar siembran minas hasta en poblados urbanos, dejando detrás suyo dolor, miseria, muerte y daños irreversibles al medio ambiente. Es por ello que la noticia de la retirada de Khersón, la primera ciudad ocupada por las fuerzas rusas, no es recibida con la alegría que es de suponer pues, el gobierno de Ucrania como los pobladores de la región ven con cautela; saben que el sanguinario dictador dejará la mayor destrucción posible.

Hasta ahora ha pasado por alto absolutamente todos los Pactos de Ginebra, sus protocolos, y demás tratados sobre Derecho Humanitario, aunque con ello convierta su país en el paria del planeta. Además, como no hay secreto absoluto, por mucho que se mantenga bajo cientos de candados, se sabe que, junto a su delirante deseo de tener dominio absoluto sobre la humanidad, lo que le mueve a Putin es preservar los billones acumulados vía corrupción en bancos fuera de su país; es tal su angurria y miseria humana que continuará sumando muertos, desplazados y destrucción hasta que le garanticen que no tocarán su fortuna mal habida.

Entre tanto en Bolivia nuestros gobernantes admiran y aplauden la infinita perversidad del autócrata.

DE FRENTE 

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]