Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:31

Despilfarro de poder y suerte

Despilfarro de poder y suerte

Las personas que vivimos en Bolivia sabíamos que tarde o temprano sucedería lo que hoy está pasando en el país, resultado de una más de las innumerables torpezas del régimen de Evo Morales y Alvaro García Linera.  

Después de tantos ensayos relativamente exitosos en lo que burlarse de las aspiraciones de la gente se trata, el partido gobernante no quiso dejar pasar la oportunidad de poner en marcha todo su poder de control sobre instituciones y autoridades para que las decisiones de estas se adecúen a las exigencias del Presidente y Vicepresidente. Lo que se ve es que no calcularon que en esta oportunidad la pretensión de burlar los resultados de una contienda electoral, a la que la gente le dio mucho valor y acudió con mucho entusiasmo y disciplina ciudadana, generaría tanta repulsa social que amenaza salir de control, tal y como sucedió con el fuego en la Chiquitanía.  

Muchas personas que hasta hace muy poco eran simpatizantes, apoyaban y defendían a Evo Morales por considerarlo un hombre de buenas intenciones, deseoso de mejorar las condiciones de vida de los indígenas y campesinos (aunque ya demostró lo contrario en infinidad de oportunidades), hoy se suman al ejército de indignados que expresan su ira y le piden que deje la Presidencia.

Ha tenido que ser muy decepcionante para quienes de buena fe le seguían, incluso aferrándose a explicaciones poco convincentes sobre los casos de corrupción, abuso de poder y ligereza para tratar los temas de Estado; pero, este capital que debería ser cuidado como la joya más preciada fue derrochado hasta llegar a un punto que al, parecer, es sin retorno. 

Sabemos que el binomio gobernante es muy exigente en sus gustos y que estos no son nada baratos, pero como no tienen que rendir cuentas a nadie de lo que gastan, pueden darse todos los caprichos que se les ocurran, ropa de lujo, comida gourmet, transporte en autos y aviones de lujo, diversiones con bebidas con etiquetas exclusivas y otros. Despilfarraron durante casi 14 años el dinero de los bolivianos, y no contentos con aquello echaron mano a su buena suerte y empezaron a gastar hasta llegar donde hoy se encuentran.     

Cualquiera sea la salida que se dé al problema, que ya costó la vida de más de dos personas, el daño que se auto infligió el Gobierno es irreparable, podrán mantenerse en su palacio, pero el mismo será su cárcel hasta que por mandato legal tengan que dejar para convertirse en simples mortales.

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