Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Despilfarro ofensivo a la pobreza

Despilfarro ofensivo a la pobreza

La información proporcionada por el expresidente Evo Morales sobre la entrega de sumas millonarias a las Seis Federaciones del Trópico ha desatado la indignación y reproche generalizado en la población que evidencia otro más de los múltiples abusos cometidos por el MAS a la cabeza de su máximo dirigente. Y cómo no indignarse ante un despilfarro tan ofensivo cuando vemos que la pobreza azota particularmente a mujeres niños/as y ancianos/as; cuando las calles de las ciudades se hallan repletas de gente menesterosa; que existen más de treinta mil niños/as depositados en los centros de acogida en condiciones infrahumanas, mientras una organización que se dedica a depredar los bosques, contaminar suelos y ríos,  generar el desprestigio del país por haber convertido a la zona en una gran factoría de droga y que no aporta con impuesto alguno al país, es beneficiada con millones de dólares de libre disponibilidad.

En los más de 15 años de gobierno del MAS, lo que más eficientemente ha hecho es despilfarrar el dinero, que como nunca antes ingresó al país, no porque el gobierno hubiera sido eficiente en la generación de riqueza, sino gracias a la coyuntura internacional que determinó precios muy altos para las materias primas y porque gobiernos anteriores realizaron inversiones y aprobaron leyes que sirvieron para que el país pueda acceder a recursos económicos saneados.

Lo correcto y lógico hubiese sido que ese dinero sea invertido en fortalecer el aparato productivo y la investigación superando la vocación extractivista que caracteriza al país. A pesar de sus propuestas electorales de gran desarrollo productivo para lograr nuestra mayor autonomía alimentaria, el gobierno se dedicó a hacer más y de la manera más burda de lo que criticaba; el dinero se esfumó, la borrachera de poder no le permitió pensar en el futuro de las nuevas generaciones. De las grandes obras ejecutadas, todas con sobreprecios, muchas de  mala calidad y dudosa utilidad, fueron realizadas sin planificación previa y mucho menos rigurosidad y transparencia en el manejo de los recursos públicos. Una vez que el gobierno tuvo bajo su control a todos los Órganos e instituciones del Estado, libre de la posibilidad de fiscalización del Legislativo, la Contraloría General o el Ministerio Público diseñaron la vía más efectiva para evitar inclusive el control social a través del mecanismo de contratos sin licitación y a invitación directa; de esta manera, los amigos y parentela de los jerarcas del Estado se convirtieron en titulares de empresas constructoras, consultoras, etc., que les aseguran un patrimonio suficiente para encarar cuantas elecciones sean posibles y una vida cómoda para sus generaciones futuras.

DE FRENTE

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]