Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Degeneración de la Justicia

Degeneración de la Justicia

La Justicia es la base fundamental para el sostenimiento de un sistema democrático y la garantía para la pacífica convivencia entre los habitantes de un Estado, es por eso que tanto en el Sistema Universal como en los sistemas regionales se hace énfasis en la necesidad de garantizar la independencia de poderes y, sobre todo del Órgano Judicial.

En Bolivia, país donde somos expertos en hacer las cosas al revés, nuestras autoridades hacen gala del poder que ejercen sobre todas las instituciones del Estado y los/as funcionarios públicos de su lealtad hasta la obsecuencia a los poderosos de turno. En este contexto, las decisiones judiciales que ocupan espacios importantes en los medios de comunicación reflejan crudamente el abandono del concepto de ética, justicia, equidad, honestidad y otras; son decisiones burdamente violatorias de la Constitución, leyes internas y normas internacionales, que consiguen dar una imagen de total degeneración de la justicia operada por personas que, si bien tienen títulos universitarios de grado y postgrado, van abandonando sin pudor lo poco o mucho que aprendieron en su paso por aulas universitarias; actúan peor que alguien que no tiene formación académica, carecen de mínimos conocimientos del Derecho  u optan por un estilo de vida que transita por los márgenes de la ley.

Estamos seguros que existen jueces, fiscales y otros operadores de justicia que se esfuerzan por cumplir con lo que mandan las leyes aun sabiendo que reman contra la corriente y que su idoneidad no garantiza su estabilidad en el cargo que ocupan, pero son tan pocos que, por muchas cosas buenas que hagan, siempre serán confundidos y colocados en el mismo lugar de ignominia que esa mayoría obsecuente y corrupta que para mostrar eficiencia sólo se dedican a llenar las cárceles de gente inocente, acusados/as por delitos menores o por personas cuyo mayor delito es no pertenecer al partido gobernante o carecer de padrinos y madrinas dentro de él. De nada sirven las recomendaciones que desde el año 2006 hasta la de este año 2021 ha hecho machaconamente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, al contrario, la situación tiende a ir a peor, tanto que ya ni las formas se cuidan, así lo demuestra el procesamiento y privación de libertad a la juez que otorgó medidas sustitutivas a presos  políticos de la juventud kochala o la de El Alto que cerró un caso por falta de pruebas. En ambos casos, en lugar de hacer uso del recurso de apelación, el Ministerio Público convertido en el temible control político optó por la vía abusiva para intimidar  a todo el Sistema de Justicia.

Esta degeneración de la justicia nos conduce a rumbos muy peligrosos y es necesario frenar.

DE FRENTE

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DD.HH

julietamontañ[email protected]

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