Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 10:30

Tribuna para mentir

Tribuna para mentir

Las intervenciones del presidente Luis Arce Catacora dentro y fuera del país son cada vez más parecidas a las de su antecesor, tanto que dejando de lado las normas que guían los actos de su investidura, emite declaraciones que afectan a la imagen de Bolivia, las relaciones con otros países y con organismos internacionales. Parece que nadie le ha hecho notar que no todas las prácticas de su antecesor son imitables; si bien en una actitud condescendiente algunos gobiernos con profundos resabios colonialistas ni siquiera consideraban dignos de respuesta los dislates de quien ocupaba la silla presidencial a nombre de los indígenas; hoy la situación es diferente y lo que se espera de una persona con estudios de grado y posgrado es seriedad, moderación y veracidad.

Son cada vez más enérgicas las presiones que recibe del expresidente y jefe de su partido para que la actual administración lave su imagen y revierta la opinión negativa que tiene la población por el fraude electoral y su huida del país, tanto que al Sr. Arce no le queda otra cosa que repetir la desgastada cantaleta de “el golpe de estado de 2019” y lanzar acusaciones  contra representantes de instituciones que no escatimaron esfuerzos para evitar que se materializaran las amenazas de hacer correr ríos de sangre en el país y para que se impusieran las soluciones institucionales en el marco de la Constitución Política del Estado.

Siempre en la línea de EMA, en la Asamblea General de Naciones, el Presidente se esforzó por mostrar a su gobierno comprometido con la paz, la democracia, los derechos humanos, la Madre Tierra, los derechos de las mujeres y reconstrucción institucional entre otros; cuando bien sabemos que reiteradamente Bolivia se negó a condenar la invasión Rusa a Ucrania, las graves violaciones a los DDHH y crímenes de lesa humanidad cometidos por sus amigos gobiernos autoritarios. 

Sin rubor alguno habló de la defensa a la Madre Tierra mientras su gente impunemente incendia millones de hectáreas de bosque para ampliar la frontera cocalera, agrícola y ganadera y envenena con mercurio los ríos; propuso la lucha frontal contra el patriarcado mientras debilita hasta la agonía a las instituciones que promueven y defienden los derechos de las mujeres resultando el incremento de feminicidios, infanticidios y violencia machista extrema. Finalmente, la monumental mentira de que la justicia en Bolivia es independiente, obviando la existencia de múltiples informes de la ONU, la UE, la OEA y otros que confirman que no existe independencia judicial, que la justicia está controlada por el poder político y subordinada a él. 

DE FRENTE

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]