Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 12:27

Bolivia no tiene gobierno

Bolivia no tiene gobierno

A puertas de concluir el año 2022 y veinticinco meses de asunción de Luis Arce Catacora a la presidencia del Estado boliviano, no hay señales de capacidad de gestión político-administrativa del país, o al menos la puesta en marcha del programa de gobierno ofrecido durante la campaña electoral. El presidente, siguiendo la dinámica de su antecesor EMA, desde el primer día de su posesión no ha parado de hacer campaña para las próximas elecciones que corresponderían el 2025, olvidando que fue elegido para dirigir la administración del país durante cinco años, demostrando manejo responsable de los recursos para que las condiciones de vida de la población sean más dignas y cese la depauperación que avanza inmisericorde.

En sentido contrario a lo que propios y extraños esperaban, el presidente viene dando señales, además de su interés de permanecer en el poder por más de una gestión, de no saber nada de lo que es conducir a un país para bien de todos/as sus habitantes; o si sabe, no tiene voluntad de ir más allá que su interés de entornillarse en el poder destruyendo todo aquello que se le pueda poner por delante. Es por ello que si no es directamente, es a través de sus acólitos que usa y abusa el Código Penal (muy propio de regímenes autoritarios) para iniciar procesos, perseguir a opositores o personajes que hacen uso de su derecho a discrepar con su gobierno y exigen lo que consideran que en derecho nos corresponde a los/as  bolivianos como es la transparencia, el respeto a las leyes y el cumplimiento de compromisos asumidos como corresponde a cualquier persona de bien sin importar del color político que sea.

Además, el prematuro interés de repetir su gestión ha dado lugar a serias diferencias con el jefe nacional de su partido, personaje que vive atormentado por su síndrome de abstinencia al poder y el estrés que le causan las dificultades que le surgen en el camino y dificultan para que cumpla los compromisos adquiridos a lo largo de sus tres gestiones con sus colegas de Cuba y sus amigazos y socios mexicanos. 

Hoy claramente el MAS en sus fracciones evista o arcista no es otra cosa que un vientre de alquiler mafioso, como diría Hildebrandt de los partidos en Perú, a ninguno de ellos les interesa la gente, sus derechos, menos las instituciones de la democracia; cada fracción lucha por tener mayor poder para sus negocios poco santos, sin obstáculos y con apoyo del aparato estatal; entre tanto, la economía y la seguridad van camino al precipicio. La subasta de intereses está abierta y cada quien pugna por tener el pedazo más grande del pastel, así dejen vidas truncadas en el camino. Bolivia no tiene gobierno.

DE FRENTE

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]