Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 11:49

¿Cómo trazar un plan a futuro sin pasado?

¿Cómo trazar un plan a futuro sin pasado?

Hemos anulado los mitos y tradiciones que narraban de forma simbólica los aspectos de la condición humana, estamos en una época sin mística, sin esas actividades espirituales que nos ponen en contacto con lo trascendente de la vida. Es sin duda verdad que las maneras habituales de obrar cambian, con ella se conforman nuevas costumbres.

Cuando las nuevas generaciones rechazan las tradiciones, tienen la tendencia de caer en un escepticismo pragmático que conlleva a una vida cotidiana sin pasado y de un futuro arraigado a las imágenes y voces momentáneas, vienen, van y pasan sin espacio, mostrando la ausencia del tiempo, sin verdad, sin mentira, sin fantasmas ni ilusiones, sin pertinencias, ajenas a sí mismos, manifestando el éxito en la acumulación de bienes materiales en cuanto a su posesión como instrumentos de logros.

Tengo la impresión de que la educación de estos días no permite que los niños crezcan, los proyecta como cuerpos que pierden la forma, limitando su pensamiento, sin creencias, en aprendizajes de sombra. Sin esos secretos que dejan sus huellas en el subconsciente, alegrías, traumas y angustias con las que se tejen planes de vida. Permitimos que existan sin conocer su historia, sin derecho a la duda que toda interpretación implica.

Es necesario que el camino a recorrer cuente el pasado, recupere las tradiciones, transforme las costumbres del mito, que enseñe a amar, no solo de ser amado. Es necesario que recuperemos la identidad que nos permita ver la belleza de Bolivia sin apagarla desde el resplandor del dólar, que disfrutemos de sus parajes, de sus historias, de sus fantasmas. Pero no es posible si ya nadie recuerda el carretón de la otra vida, la leyenda de Hiuracocha, del Tupã, o del Jichi.

Es necesario que recordemos que en todos los tiempos Dios y su creación han estado presentes y han sido preocupación cotidiana de los seres humanos, que recuperemos el respeto por nosotros mismos, nuestra identidad reconstruida, forjadora de nuevas costumbres, en las que el desarrollo de la personalidad parta del reconocimiento de la individualidad de un ser que vive en comunidad, la libertad sea el resultado del ejercicio intelectual, de formar generaciones con capacidad de amar, respetar la libertad, la vida y el trabajo digno.

CONSTRUIR COMUNIDAD

JAVIER PRUDENCIO M. P.h.D.

Director de Carrera de Sede Ingeniería Civil 

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