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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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¿Territorios inteligentes?

¿Territorios inteligentes?

Parece una novedad el hablar de espacios donde en teoría se toman las decisiones más adecuadas o pertinentes en base a sus potencialidades económicas, sociales y de composición del ecosistema. Sin embargo, ¿cuál es el sentido de llamar inteligente a un territorio? Existen varias acepciones al respecto; para Caravaca y García 2009 se trata de territorios muy cambiantes y complejos en los que los impactos de los grandes procesos en curso están siendo especialmente profundos y significativos. Por otro lado, según Marina 1993, solo deberían merecer la categoría de inteligentes aquellos territorios capaces de generar o incorporar los conocimientos necesarios para poner en valor de forma eficiente y racional sus propios recursos para así contribuir a mejorar la calidad de vida de la sociedad que los habita y a estimular el desarrollo personal de todos los ciudadanos.

Como se denota en las argumentaciones de estos autores, estamos hablando de conceptos relativamente modernos donde se pone en juego un conjunto de características científicas, económicas, sociales, institucionales e incluso de innovación -inteligencia artificial- que merecen una consideración muy certera el momento de tomar las decisiones para la ciudad. Aplicando esto a nuestras condiciones locales se puede mencionar lo siguiente: A nivel de la ciudad de Cochabamba tendríamos que encontrar una solución virtual a la división física entre los habitantes del norte y los del sur separados por el curso del río Rocha. O, también valorar los bosques nativos del Parque Nacional Tunari, recuperar el sentido histórico de la colina San Sebastián, y el valor ambiental de las serranías Cerro Verde, San Miguel, San Pedro, y las del sur. Revalorizar la zona de la Maica como una alternativa de sustentabilidad de la agricultura urbana, finalmente, recuperar los acuíferos subterráneos en todo este valle impermeabilizado ferozmente por las urbanizaciones y las vías asfaltadas que calientan el ambiente a punto de producir una inversión térmica que nos viene asfixiando en el centro histórico. Pasamos estas reflexiones a las autoridades municipales actuales para que internalicen estas corrientes diferentes de ver el desarrollo urbano o tal vez convencernos de una vez que no nos interesa. Lewis Mumford indicaba en 1956. Las fuerzas ciegas de la urbanización, fluyendo a lo largo de las líneas de menor resistencia, no muestran ninguna capacidad de crear un modelo urbano e industrial que sea estable, sostenible y renovable. …Según aumenta la congestión y prosigue la expansión de la ciudad, tanto el paisaje urbano como el rural se desfiguran y se degradan. Paren la urbanización horizontal y sin límite.

CIUDAD SUSTENTABLE

JOSÉ CASTELLÓN ONOFRE

Agrónomo, Investigador FCAPyF-UMSS

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