A medida que transcurre el periodo de cuarentena flexible en sus diferentes formas, el comportamiento de las personas respecto a los cuidados que tienen que implementar muestra diferentes matices: En primer término, existen personas que por su mínimo grado de educación y condición social muy deprimida no le presta ninguna atención a las directrices de cuidado y parece que fuera igual para ellos que haya o no llegado el coronavirus y su único interés es el de volver a la lucha por sobrevivir. Otro grupo de ciudadanos con grado de educación básico y moderados ingresos económicos balancea entre las escasas oportunidades de captar ingresos y responder a las mínimas obligaciones de servicios básicos para seguir con expectativas de vida en asenso, pero muy frágiles y susceptibles de afectar. El tercer grupo que podemos caracterizar se refiere al ciudadano dependiente que confía en su único ingreso fijo que, además, está retrasado en su cumplimiento, y que pretende combatir la pandemia restringiéndose de muchas comodidades garantizando la estabilidad mínima de su hogar y sus dependientes (incluido el pago de deudas). Luego están los independientes que se las ingenian para poder reactivar su expectativa de sobrevivencia, pero basado en las oportunidades económicas de impulso que otorga el Gobierno actual y el retorno gradual a la normalidad anterior.

El sexto segmento de la población se refiere a los grandes empresarios acomodados que han tenido una baja en su producción de bienes y servicios, pero que por su nivel de acumulación de riqueza no les representa mayor problema la disminución de ingresos y mantienen su hegemonía económica con su incursión en los altos niveles de decisión gubernamental.

Por otro lado, están los adultos mayores que miran con extrema incertidumbre su permanencia en este mundo o la posibilidad de sobrellevar esta pandemia de una manera tenaz y apoyada en su familia o personas de buena voluntad. Un grupo que ha demostrado su alta inteligencia artificial y capacidad de mimetización entre los actores de la sociedad son los políticos partidistas, que no la piensan dos veces para afectar el bien común y seguir sobreviviendo en base al dolor ajeno o la oportunidad de las situaciones de decisión que les oferta el estatus de ser concejal, asambleísta o ministro. Estos seres están hechos a prueba de todo, mientras ellos tengan oxígeno para respirar y cadáveres sobre los cuales transcurrir, no les tiembla la mano con tal de conseguir lo que se propusieron. Ojalá que mejore nuestra capacidad de decisión para elegir en las próximas elecciones a los verdaderos líderes que merecen gobernarnos. Me olvidaba de los jóvenes que son el presente y futuro de Bolivia que ojalá nos lleven al éxito como país.