Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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¿Más distribuidores vehiculares?

¿Más distribuidores vehiculares?

El desarrollo urbano contemporáneo se apoya como uno de sus pilares en el concepto de movilidad urbana, donde el tema vial tiene fundamental importancia. Esta problemática esta condicionada a la cantidad de vehículos que circulan en la ciudad, pero también al índice de crecimiento del uso residencial que es el que amplía el horizonte de mayor número de vehículos por la demanda en transporte hacia las zonas urbanizables. En nuestra ciudad, durante la década de los años 90 se implementaron infraestructuras urbanas estratégicas para el desarrollo urbano priorizando el desarrollo humano, pero de alguna forma se tergiversó porque se entendió que mientras más comodidad se daba al ciudadano, mayor iba a ser su nivel de desarrollo. Actualmente, se verifica que no todo lo que brilla es oro, es decir, no con pavimentos inmensos, construcciones de 30 o más pisos o puentes que en vez de resolver el flujo lo conflictúan.

Se trata de equilibrar el derecho que la población tiene a la ciudad, pero visto desde la humildad de un peatón que circula a una reducida velocidad y en condiciones de seguridad vial muy paupérrimas. Se trata de prioridades, si bien es cierto que en esa época el supuesto desarrollo humano era prioridad, ahora es el tipo de respuestas que nos está pasando facturas en cuanto al derecho a la ciudad que tienen los ciudadanos. Se verifica actualmente un mayor nivel de contaminación atmosférica en la ciudad, mayor riesgo de accidentabilidad, mayor número de heridos y muertes por el exagerado número de vehículos y conductores irresponsables que atentan contra los peatones. Otro problema adicional es el tráfico pesado que pasa por unas cuantas cuadras del centro, conflictuando aún más el flujo vehicular ya inmenso de los pequeños carros.

Todo ello porque funcionarios públicos, comerciantes, profesionales y prestadores de servicios cada día ingresan y salen del centro quemando un monto de gases que se dispersan en el aire ya de por si contaminado por la geografía del valle. Bueno y ¿qué hacemos ahora? tal vez sea el momento de una reflexión en cuanto a la implementación de distribuidores vehiculares y diseñar e implementar circuitos de flujo, pero no hacia y desde el centro histórico, sino más bien, establecer circuitos zonales con vías de primer nivel para evitar el direccionamiento de vehículos hacia el centro, porque no crear centros de actividades económicas que desconcentren el flujo vehicular respondiendo la lógica de las centralidades zonales, es una sugerencia nada más. Las autoridades municipales tienen la palabra.

CIUDAD SUSTENTABLE

JOSÉ CASTELLÓN ONOFRE

Agrónomo, Investigador IIACH-UMSS

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