Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Ciudad maltratada

Ciudad maltratada
Cuando la calma vuelve a nuestra ciudad, cuando los responsables de tanta convulsión declaran su culpabilidad, cuando se reconoce el valor de la juventud para protestar en las calles por una causa común (la democracia), cuando se agradece la solidaridad de mujeres y ancianos para con sus protectores y viceversa. Esas son buenas noticias para los cochabambinos, pues despertaron de su letargo cual si hubiera ocurrido un terremoto que silenció la ciudad por un tiempo y que permitió que se renueven los ánimos de vivir en comunidad y de a poco respirar un ambiente de relativa tranquilidad. Esos signos no son más que expresiones ciudadanas de una urbe golpeada por la sucesión de protestas contra los hechos ocurridos y que mostraron con evidencia la desinstitucionalización voraz que carcomió todos los espacios de poder en la ciudad. Qué viene ahora, un proceso de sanación y reconstrucción de las heridas abiertas entre ciudadanos ricos y pobres, del norte y del sur, del centro urbano y del área rural, de fabriles y trabajadores por cuenta propia, de intelectuales así como de activistas, de estudiantes y de profesionales; esa es nuestra Villa de Oropesa, cuna de probados héroes que supieron reaccionar a tiempo en reclamo de sus derechos y denunciar la vulneración de lo más sagrado: el voto ciudadano. Ese sentimiento ciudadano y la unidad lograda en esta coyuntura debe impulsarnos a cohesionarnos más y reclamar a las eventuales autoridades interinas o nuestros próximos líderes que respeten los derechos ciudadanos y se constituyan en garantía de este clamor popular que se respira en todo espacio de nuestra ciudad, y que se llama la tan ansiada paz. Esa actitud valerosa que la población mostró en los momentos más sensibles debe manifestarse también cuando las autoridades demandan de la población en su conjunto, de contribuir a la separación de la basura, de evitar las bocinas, de eliminar las emisiones innecesarias de gases, de prevenir la contaminación de nuestros ríos y lagos, de respetar la tranquilidad del prójimo, evitando intranquilidad en la rutina de las personas y, sobre todo, el respeto a los bienes públicos que están muy afectados y seguramente requerirán de mucha refacción y reconstrucción para seguir constituyéndose en hitos históricos que los pobladores reconocen en la perspectiva de vivir la ciudad desde cada individuo. Estas líneas descritas pretenden impulsar una cruzada para revitalizar nuestra ciudad y prepararnos para los comicios municipales y departamentales, que se constituyen en una nueva oportunidad de mejoramiento de la calidad de vida de los cochabambinos.