Es impresionante la forma en que se viene hablando de la basura que se deposita en K´ara K´ara, existe una pugna por posicionar un proyecto que parece responder a la solución integral del problema de la basura en nuestra ciudad, sin embargo, se han sembrado una infinidad de dudas sobre la forma en que se quiere adjudicar la gestión de dichos residuos a una empresa recién constituida y sin mucha experiencia. Estos próximos 20 años se pretende transferir la responsabilidad a un privado mediante un contrato de más de mil millones de bolivianos, con la posibilidad de realizar una gestión integral de nuestros residuos, intentando seleccionar, valorizar, reutilizar, reciclar e incluso generar gas metano mediante un biodigestor de millonario presupuesto que será implementado en un lugar que hasta ahora no se ha definido. En palabras simples se trata de que las autoridades quieren deshacerse de un problema que quema las manos y que no saben cómo gestionarlo. El querer otorgar un contrato a un privado para que se haga millonario con nuestra basura raya en la tozudez y terquedad de un negocio bien pensado a la vista, pero también de una sensación de solución del problema mediante una propuesta que parece ser un intento más de sacar de la ciudad toda la mugre que se deposita cuando se cierra el ingreso al botadero. Viéndolo desde el lado de las necesidades, creo que no es necesario semejante inversión para un problema donde el habitante común y corriente de la ciudad podría minimizarlo con mucha actitud y educación en cuanto a la producción y disposición de la basura. Se me ocurre, por ejemplo, que  podría conformarse una plataforma institucional de un conjunto de personas voluntarias que elaboren un plan estratégico para solucionar el problema de la basura y se recurra a una capacitación a todos los que requieran contribuir a la solución mediante su acción en la gestión integral de los residuos. Las instituciones públicas y privadas pueden ser ejemplo de gestión comenzando por sus oficinas e instalaciones, las industrias y actividades productivas deberían tener incentivos para reciclar, reutilizar o incluso evitar la generación de residuos sólidos y lo que realmente se produce manejarlo de una forma inteligente y técnica para su manipulación y destino final. Se me ocurre incluso que en el tema de mano de obra para el trabajo de disposición final se podría recurrir a las personas infractoras con el ornato público para que trabajen manipulando la basura por un tiempo como para olvidarse que no se debe botar donde se  les ocurra, o también incentivar las buenas actitudes mediante premios a los recolectores por haber recogido el mayor volumen posible y haber seleccionado la basura para el reúso o su reciclaje. Es de esta forma que se puede corregir las actitudes de la población en relación a un problema que es de salud pública como es el de la basura.

Finalmente, hasta se podría crear un premio para las empresas o instituciones que acumulen más basura y entreguen seleccionada a la Municipalidad para que ella complete su gestión. Es cuestión de ingenio para la solución del problema; sin mucho esfuerzo se puede ir avanzando gestión tras gestión y de repente en unos 5 o 10 años ser un ejemplo de autogestión de la basura mediante la acción de un conjunto de personas muy comprometidas con la ciudad y su desarrollo.

JOSÉ CASTELLÓN O.

Docente universitario con posgrado en gestión ambiental

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