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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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La basura y la conducta humana

La basura y la conducta humana

Los problemas ambientales suelen ser la expresión de una mala administración de los recursos naturales (materias primas) y una incorrecta actuación de los individuos en cuanto a sus hábitos culturales en específico. Es importante comprender que todo lo que afecta a la comunidad fácilmente puede volver a las personas mediante la manifestación de enfermedades, plagas y otras afecciones a la salud, que sin darnos cuenta se viene acentuando. Por ello es que al deshacernos de nuestra basura no se soluciona el problema de salud que representa su disposición y su tratamiento, lo único que estamos haciendo es trasladar la fuente de contaminación a otro lugar, lo que no quiere decir que se solucionó el problema.

Las personas responden a sus conductas de acuerdo a su formación y su vivencia personal, por ello podemos observar desde personas que exageran al aislarse y no querer ni tocar la basura, pero otras también que viven en un basural y ni se percatan de la afectación de su salud.

¿A qué responde la conducta humana en favor y en contra respecto a la basura? Sin lugar a dudas hay infinitas respuestas, pero las más de las veces es una conducta humana que se puede explicar de la siguiente manera: una vez que nacemos generamos el primer residuo que es la placenta y fluidos que van a la bolsa de la clínica u hospital (residuos hospitalarios); durante la niñez y el proceso de desarrollo inicial generamos residuos sin importar su posible tratamiento o disposición y vemos cómo nuestros padres botan la basura al carro recolector; en la adolescencia, dependiendo de nuestro poder adquisitivo, generamos mucha basura, tal vez con la mayor intensidad de nuestras vidas, y en nuestra etapa adulta y de senectud de alguna manera disminuye esa capacidad de producir residuos y más bien se tiende a evitarlos.

En todo este transcurso de generación de residuos del ser humano ¿Nos detenemos en algún momento para pensar a dónde van a parar nuestros residuos? ¿Si tienen valor o no? ¿Si producen impactos ambientales a nuestro entorno?, ¿si retornan a nuestro consumo en forma diferente? o ¿si se disponen de forma adecuada para no contaminar? o ¿si se paga o no por su gestión integral? Son interrogantes que muestran la necesidad de cambiar nuestros malos comportamientos ante los residuos y su destino final, pues lo peor que se puede pensar en estos momentos es que una vez liberados de los residuos ya no existe responsabilidad de su destino final y, lo peor, su inmisericorde generación sin límite. Es tiempo de cambiar las actitudes que desconocen la importancia de gestionar adecuadamente nuestras actuaciones individuales para el bien  común, el actuar de forma coherente y consecuente traerá sus frutos en el largo plazo, basta de la indiferencia hacia la responsabilidad de reutilizar, reciclar y, sobre todo, disminuir la generación de residuos.

JOSÉ CASTELLÓN O.

Agrónomo

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