Es una feliz coincidencia  que el día mundial de la Madre Tierra y el día mundial de la Creatividad y la Innovación se hayan recordado este 22 de abril y 21 de abril, respectivamente. Porque hoy, más que nunca, necesitamos de la creatividad y de la innovación para salvar a nuestra Madre Tierra. Ella se ha manifestado de todas las maneras posibles: el calentamiento global, las inundaciones, los incendios forestales, invasión de insectos y ahora una pandemia que nos ha dejado encerrados a millones.
El humano en los últimos años ha priorizado una economía del consumo, construyendo megaciudades y para ello ha utilizado la creatividad y la innovación para deforestar, para la producción agrícola y ganadera intensiva, para el comercio ilegal de vida silvestre, para atentar contra la biodiversidad abriendo  carreteras y construyendo represas, explotando  recursos naturales, comercio ilimitado de mercaderías por vía marítima y terrestre ,  instalación de polos industriales con altas emisiones de CO2, etc, etc.
Gracias a la cuarentena mundial, nuestra Tierra ha tenido un respiro. Sin embargo, la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero no es más que temporal, porque seguramente volveremos a  retomar la senda del consumismo con todas las consecuencias que ya conocemos. En este caso, la creatividad y la innovación están apostando, a futuro, que tengamos que dejar de vivir en nuestro planeta y construir ciudades en la Luna y en Marte usando impresoras 3D. Más aún, se está investigando para que el humano sea casi inmortal y explorando salir de nuestro sistema solar, creando cohetes que se acerquen a la velocidad de la luz y así llegar a planetas tan alejados como “Próxima b” (distancia de 40.000.000.000.000 km).
Quisiera ser optimista y pensar que el humano, después de esta pandemia, con la creatividad y la innovación en sus manos planteará un nuevo modelo de vida, respetando a la Madre Tierra y no tener que buscar otros planetas. Es el momento ideal para hacer un llamado a los gobiernos, universidades y empresas para que juntos planteemos soluciones para respetar nuestra Tierra y su biodiversidad.
En nuestro país, es momento de repensar aquellos grandes proyectos que se están proyectando sin respetar nuestra biodiversidad como El Bala, la carretera por el Tipnis, ampliación de la frontera agrícola sin considerar los  bosques de la amazonia y chiquitania, etc. Deberíamos promover la economía circular en todo el país. Incentivar el uso de energías renovables y no contaminantes. Fomentar el nacimiento y transformación de empresas verdes y empresas B de triple impacto (social, económico y ambiental). Las universidades y el ecosistema de innovación junto con el Gobierno y las empresas, promover emprendimientos que generen empleo y riqueza respetando nuestro medioambiente.
Y nosotros, aprovechar esa creatividad e innovación, para modificar muchos hábitos que hemos ido adquiriendo y que van en contra de nuestro medioambiente. Por ejemplo, utilizar focos LED de bajo consumo, descartar el uso del plástico, utilizar medios de transporte como las bicicletas, plantar arboles y cuidar nuestros jardines, reciclar todo lo que es posible, etc.
En esta pausa de vida y reflexión espiritual, forzada por el COVID-19, vale la pena recordar la frase de Gandhi: “La tierra provee lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la avaricia de cada hombre”.