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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Gobierno corporativo para startups

Gobierno corporativo para startups

El gobierno corporativo se define como, según publicaciones de la IFC del Banco Mundial, “las estructuras y procesos con los cuales las empresas son dirigidas y controladas, a través de la interacción entre tres órganos que toman decisiones clave: accionistas, directorio y gerencia. Los accionistas poseen activos, aportan capital al negocio y nombran al directorio para que lo supervise. El directorio establece la dirección estratégica, supervisa el desempeño de la gerencia e informa a los accionistas sobre la administración de su patrimonio. La gerencia utiliza los activos y el capital aportado por los accionistas para obtener un rendimiento positivo para ellos e informa sobre su desempeño al directorio”.

Estos códigos y lineamientos de gobierno corporativo, hoy en día, se han constituido en aspectos que añaden valor al negocio, ayudan a construir su reputación en el medio y garantizan su  sostenibilidad en el largo plazo. Ya no depende de qué tamaño es la empresa o el negocio, las buenas prácticas de gobierno corporativo benefician por igual a las empresas grandes, medianas y pequeñas iniciativas que nacen de emprendimientos generalmente familiares. Muchas veces por el costo y tiempo, las pymes o startups prefieren no implementar un esquema de gobierno corporativo sin darse cuenta de todos los beneficios que esto representa, como ser: mejor acceso a financiamiento ya que hace más atractivas y menos riesgosas para los bancos e inversionistas; reducción de los riesgos y la mejora en el manejo de conflictos entre accionistas y otros grupos de interés (inversionistas, financiadores, proveedores, etc); proporcionar una administración critica, una dirección estratégica y mejores conexiones de negocios para un crecimiento sostenible; ayudar a mejorar la gestión de riesgo evitando o mitigando el mismo; crear una mayor resistencia al fraude, robo y mala gestión;  ayudar a los fundadores a recuperar libertad en sus vidas personales, porque así pueden controlar y dirigir el negocio sin tener que verse involucrado directamente en todas las decisiones operativas, etc.

Como sabemos, al inicio del negocio las startups están enfocadas en el desarrollo de productos y en el testeo del mercado, el estilo de gestión es individualista y el emprendedor lo hace todo, destina sus escasos recursos para estas actividades (producto/mercado)  y casi nada al desarrollo de la organización. El negocio crece pero desordenado, asumiendo políticas y  procesos poco formales, siempre y cuando el emprendedor esté comprometido con la visión del negocio, se mantenga alerta y  flexible a los cambios y el producto o servicio sea aceptado en el mercado.

Los riegos para la startup en esta etapa es que el emprendedor no pueda implementar la estrategia  y se dedique a las actividades urgentes del día a día perdiendo la visión de largo plazo. Esta práctica de lo urgente versus lo estratégico puede producir retrasos en el desarrollo e innovación de nuevos productos, la nula delegación de tareas por parte del emprendedor, la mala o inefectiva  comunicación en la organización y la mala administracion financiera utilizando recursos de corto plazo para inversiones de capital.

En esta etapa, a los inversionistas les preocupa que las startups no estén desarrollando sistemas de información y de rendición de cuentas que puedan transparentar las actividades del negocio o que el fundador esté tomando todas las decisiones involucrando sus intereses personales o familiares por encima de la organización.

Por eso es importante el gobierno corporativo en las startup. Pero generalmente el fundador de una startup desconoce de todos estos beneficios o los deja para después o los ignora afectando los intereses de los accionistas minoritarios. La dinámica y los retos a los que se enfrenta hacen que se puedan tomar decisiones apresuradas en la estructura de propiedad y organizacional, con políticas y procesos menos formales, lo que hacen de prácticas deficientes de gobierno corporativo que a la larga se traduce en un desempeño empresarial pobre, posibilidad de fraude y fallas catastróficas.

Es importante que el emprendedor se dé cuenta de esta realidad y que inicie cuanto antes el camino para implementar el gobierno corporativo en su negocio, así podrá aprovechar de las ventajas que esto conlleva y  que más adelante no sea traumático el proceso de adaptación a estas prácticas.

En Latinoamerica y en nuestro país, la mayoría de las  empresas son familiares y evitan o no tienen una organización basada en buenas prácticas de gobierno corporativo lo que hace que sean poco atractivas a los ojos de  inversionistas y desaprovechan las ventajas descritas. Por eso muchos organismos internacionales se han dado a la tarea de promover estas buenas prácticas en beneficio de las empresas de la región, es todavía una tarea pendiente por la que muchas empresas deben transitar tarde o temprano si quieren competir en esta nueva normalidad.

Mi recomendación es que si una startup desea ser más competitiva e ingresar a mercados internacionales más grandes debe implementar cuanto antes en su organización las buenas prácticas de gobierno corporativo y así  levantar capital de  inversionistas de afuera. Un ejemplo a seguir en  este proceso  es la startup boliviana Ultracréditos.

INNOVACIÓN Y FINANZAS

JORGE VELASCO T.

Ingeniero industrial, magíster en Innovación y Desarrollo 

Emprendedor, y docente

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