Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 20:52

Banca: desafíos para el día después

Banca: desafíos para el día después
Ya se sabe que el coronavirus afectará a la economía y al sistema financiero global de manera significativa. El FMI prevé una recesión mundial del 3% para este año, pero algunos analistas creen que la crisis por el COVID-19 persistirá más de lo que muchos actores sospechan y que el daño económico será más profundo y potencialmente más duradero. En Bolivia, se estima una recesión del 3,4%, pero  no sabemos cuándo termina la cuarentena y cuan dañado está el aparato productivo. Alguna pauta nos da la última encuesta practicada por la CNC que indica que el 80% de las empresas despedirán personal, el 60%  redujeron un 70% de sus ventas y el 17% están en situación crítica y consideran el cierre total.
Los bancos bolivianos, ante esta crisis sanitaria y económica, se enfrentan a un conjunto de retos para la cual no estaban preparados. Cómo enfrentar el deterioro de su cartera de créditos y el diferimiento o reprogramación de los mismos, una disminución de su liquidez y una presión e incertidumbre por los nuevos créditos que están concediendo durante esta emergencia sanitaria. Todo esto hace suponer que los bancos tendrán que apelar a su alta capacidad de resiliencia y cambiar rápidamente sus modelos de negocio para el día después cuando termine esta cuarentena. Asoban, a través de su presidente, ha expresado su predisposición de apoyar a los prestatarios para diferir o reprogramar sus obligaciones con la banca. Mientras la ASFI y el Senado terminan de ponerse de acuerdo sobre cómo se procederá al diferimiento de los créditos después de la cuarentena y desde cuándo se computan los seis meses que exige la Ley excepcional de pago de créditos.
El  primer reto, calidad de la cartera, será decisiva para la futura situación del sistema financiero. Como se sabe,  los bancos, por presión de la normativa del anterior gobierno, se han concentrado y han crecido significativamente en créditos al  sector productivo, sector que en épocas recesivas tiene mayor dificultad en recuperarse. En efecto, como indica la encuesta de la CNC, por efecto del coronavirus,  muchas  de estas empresas están muy afectadas y tendrán problemas en cumplir sus obligaciones bancarias, algunas se acogerán al diferimiento, otras a reprogramaciones y otras tantas no sobrevivirán ni con la ayuda que  recibirán de parte del Gobierno. Esto se reflejará en mayores previsiones y, por lo tanto, una caída en la rentabilidad bancaria.
El segundo desafío será cómo mantener los niveles de liquidez que permitan atender con cierta regularidad  la demanda de nuevos créditos, tomando en cuenta que los niveles de captaciones en el sistema se han ralentizado (como efecto de la recesión  económica) y que además no se tendrá el monto de recuperaciones que bordea los 2.000 millones de dólares por el diferimiento automático de las tres cuotas (capital e intereses) por los meses de marzo, abril y mayo, según la mencionada Ley.
El tercer desafío son los nuevos créditos que la banca tendrá que conceder, en un momento de recesión económica y enrarecido por un proceso eleccionario complicado por las connotaciones político y sociales. Para  eso, el Gobierno ha creado un fondo de 1.500 millones de bolivianos, que será canalizado como créditos a través de la banca,  para que las empresas sigan funcionando y generando empleo.
Otros desafíos, que la banca debería estar considerando para adecuarse a los nuevos tiempos  son: acelerar el proceso de digitalización, crear áreas de recuperación de créditos, implementar el teletrabajo para cuidar de su personal y bajar costos, y ojalá ir hacia  la banca ética.

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