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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Un Sí hasta el final

Un Sí hasta el final

En una sociedad donde la invitación es la satisfacción inmediata y constante, donde el alcance de la “felicidad” está a un clic o donde la unicidad se ha convertido en sinónimo de suscriptores, resulta impensable la idea de aguardar en lo incierto, de confiar ante aquello que no se vislumbra, de templar nuestros impulsos; la expresión inmediata y jocosa ante ello sería ¡Naa que ver! y un dislike.

Dicha tendencia plantea buscar el bienestar personal, una vida plena o la autorrealización; innegables derechos humanos, pero arraigados desde una perspectiva hedonista que normaliza como estilo de vida experimentar al máximo las pasiones, preocuparse con mayor énfasis por uno mismo, criminalizar todo estado de incomodidad o molestia. La ironía de dicha propuesta, termina por encarrilarnos en un círculo donde sutilmente se acumulan enormes vacíos.

La figura que contrapone dicha propuesta de vida, descabella nuestra lógica; la Virgen María. Ella, como cualquier joven de su tiempo, albergaba proyectos personales, aspiraciones, anhelos e ilusiones. Sin embargo, se le anuncia que será madre del Salvador, una propuesta que desafía su proyecto de vida y la sitúa ante un plan incierto. Pero, responde con un Sí, y con ello firma en blanco, fiada totalmente de Dios. Con su respuesta, rompe con el esquema de una vida ideal y se dispone a caminar por lo insospechado, sujeta de la fe y con la confianza puesta en Él. María es capaz de salir de la búsqueda de bienestar personal y encaminarse en el proyecto de Dios para el pueblo, gestando en su vientre al Mesías esperado y que su presencia iniciaría una nueva época en la historia del pueblo.

Con el Sí, no pretendía incrementar likes, suscriptores o ser tendencia, comprendía que los planes de Dios eran mayores y su actitud fue de compromiso. Un compromiso que la llevó a decir Sí ante la persecución, ante la incertidumbre, ante el dolor, ante la traición. Un compromiso que la llevó a decir Sí hasta el final porque se arriesgó y se puso al servicio de Dios.

Resulta desafiante, en un contexto de dulces propuestas y constantes amenazas, consolidar una mirada fiada, es por ello que bajo la advocación de la Virgen de Urcupiña, este año estamos invitados a caminar Juntos con Jesús y María.

La vivencia del contexto actual, marcado por la pandemia y la guerra, con sus repercusiones en lo social, económico, salud, entre otros ámbitos la figura de María, Madre de Dios y de la Iglesia, nos invita a seguir respondiendo con generosidad ante las realidades de necesidad de los otros, expresando caridad en las diversas campañas de solidaridad que conocemos y una presencia de acogida de los demás ante las circunstancias que les toca vivir, dando testimonio de la cercanía de Jesucristo y de su Madre María. Ella, nos recuerda constantemente que Él es el camino, verdad y vida; la esperanza encarnada que su Sí permitió nacer al mundo.

CONSTRUIR COMUNIDAD

Jhudy Katteryn Requiz García

Asistente de Dirección de Pastoral UCB

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