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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Pandemia y territorio

Pandemia y territorio

Contrarrestar los efectos de la pandemia, evidenció entre otras acciones que el aislamiento social fue clave para evitar una mayor propagación del virus y comprobó la necesidad de que se reconozca la importancia solidaria, socioeconómica y ambiental de determinados actores, entre ellos los rurales y el rubro de la agricultura producida en ámbitos familiares, que abasteció a las ciudades evitando que la falta de alimentos agrave aún más la crisis presentada.
Los efectos que causa la pandemia, sumados a los ya existentes en dimensiones ambientales, sociales y económicas, evidencian la necesidad de generar nuevos paradigmas que ayuden a comprender que todo puede cambiar y que se necesita de sistemas sostenibles y resilientes. En este contexto, el abordaje territorial presenta elementos que pueden aportar con innovación para el desarrollo que se vio afectado como producto de la crisis sanitaria.
Se hace importante relevar el enfoque territorial como acción que ayude a promover la revalorización de espacios rurales, especialmente los de las agriculturas familiares, reconociendo su valiosa contribución en la producción de alimentos y, por ende, la dinamización económica rural, que no son espacios atrasados ni residuos urbanos, quitando del imaginario la representación de que los productores familiares son arcaicos e insuficientes. Las agriculturas familiares presentan muchas formas de organización social y no se caracterizan solamente por producir alimentos, contribuyen a la conformación identitaria de los territorios a partir de sus sistemas de vida que se evidencian en sus formas de vivir, agrupados en sus respectivas unidades socio culturales.
Aportan positivamente a la sustentabilidad ambiental y a la resiliencia, frente a los impactos del cambio climático, preservando conocimientos ancestrales muy asociados a preceptos ecológicos, no obstante, estas maneras de vivir y sus respectivas contribuciones no son del todo reconocidas y valoradas como algo integral por la sociedad que consume sus productos. En este contexto, el abordaje territorial debería tomar como premisa fundamental mirar a lo rural no solamente como producción agrícola, sino más bien valorizando el rol multidimensional que cumplen para el desarrollo de las sociedades.
Lo utilitario para la vida que resulta recibir alimentos aún en épocas de crisis, como en la escala de la pandemia hace ver que se debe despejar esas complejas interrelaciones entre lo rural como expresión campesina con las ciudades, superando esa visión dicotómica y excluyente entre el campo y la ciudad, promoviendo sinergias que integren lo urbano con lo rural para establecer relaciones identitarias y de cohesión social. La emergencia sanitaria provocada por los impactos negativos del COVID-19, sea una oportunidad para revalorizar y resignificar la relación campo-ciudad como una oportunidad de desarrollo basado en identidad y empoderamiento social con un alto sentido cívico para con nuestro rico, diverso y hermoso país.

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO


JAIME ALZÉRRECA PÉREZ

Docente e investigador IIACH- UMSS
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