Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Historia y relaciones sociales

Historia y relaciones sociales

Paul Gallez, cartógrafo e historiador belga nacionalizado argentino sostiene que un individuo es un productor de historias ya que cuenta con la capacidad de narrarlas, corroborando o resignificando trayectorias, no precisamente con el objetivo de controlar el curso histórico, sino de otorgarle un particular sello propio para dotarle de sentido, así puede reflexionar sobre su pasado para proyectarse a un futuro a partir de una vivencia en el presente, así podrá convertirse en un sujeto portador de historicidad, con la capacidad de intervenir en su propia historia. Se puede afirmar, que la vida de un individuo es un camino que transita en constante interacción con otros individuos, donde se apropia de las relaciones sociales, interpretándolas para establecer otras; en este sentido, un individuo es constantemente una pequeña porción síntesis a manera de resumen del grupo social al que pertenece y paralelamente sus prácticas denotan síntesis de la estructura social en la cual se inserta. 

Un individuo produce su propia historia en relación a una estructura social, que más allá de reflejar lo social como colectivo, la hace suya de manera individual, mediatizándola y dirigiéndola a diferentes dimensiones a partir de lo malo, lo bueno y lo idolátrico en un campo casi cercano a la subjetividad, reinventando situaciones a cada momento y que a partir de prácticas hace individual lo universal de una estructura social y una historia colectiva. Esta dinámica de constante construcción y que no parece acabar, propicia que un individuo se defina así mismo como incompleto, dinámica que le motiva a buscar siempre finalizar procesos, con la consiguiente inquietud de transformar realidades para consolidarse como individuo apuntando constantemente a construir su identidad. Es así que un individuo se posiciona como un ser sociohistórico, sin embargo, si bien la historia determina acciones sobre el individuo, no determina su vivencia ni su comportamiento, ya que un individuo es un ser activo que puede modificar sus prácticas y estructuras en las cuales se desarrolla. 

Bolivia y sus conflictos de identidad marcaron una constante a lo largo de su historia, donde al finalizar el siglo XX se tradujeron en una génesis de movimientos sociales, marcados por una revolución de masas que reivindican la cultura de la cosmovisión y la etnia de los pueblos originarios en las diferentes regiones del país, marcan un acto emancipatorio a lo conocido hasta ese momento como estructura. Hoy estos movimientos se territorializan en diferentes escalas, dando acceso a diferentes grupos sociales a algunos escenarios y cambiando su estructura y espacialización de comportamientos sociales a otros.

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

JAIME ALZÉRRECA PÉREZ

Docente e investigador IIACH- UMSS

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