Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 18:34

Cultura ciudadana en tiempos de COVID-19

Cultura ciudadana en tiempos de COVID-19

La salud pública se encuentra en emergencia por el COVID-19 y las organizaciones públicas y privadas toman medidas para proteger a su entorno cercano, en paralelo con cuidados familiares y personales;  esto supone un reto enorme ya que es un indicador de tolerancia y respeto entre ciudadanos del cómo nos relacionamos y las sinergias en beneficio del bien común que generamos. La emergencia sanitaria pone en evidencia que las vivencias cotidianas en los espacios públicos son causadas por acciones colectivas a partir de una suma de acciones individuales que se hacen protagónicas por dos alternativas, la primera respecto a decisiones para proteger a nuestro entorno social y la segunda para descuidarlo y actuar en función de intereses meramente individuales lejos del interés colectivo.

Estos apuntes muestran  la relevancia de reflexionar sobre la cultura ciudadana en estos momentos, cuando se hace necesario cumplir con las medidas adoptadas por diversas escalas gubernamentales en el orden del distanciamiento social y el uso de protección personal que garantice bioseguridad. La promoción del cumplimiento de normas fue una de las principales dimensiones de la cultura ciudadana en paralelo a lo legítimo, educativo y difundido para buscar la tolerancia y la equidad, donde en épocas de pandemia hacer caso a las normas parece ser una cuestión perceptual en el orden de adscribirse a un comportamiento bioseguro siempre que todo el mundo lo haga, o por el contrario evidenciar que la masa social no respeta nada, mostrando un contexto adverso donde cada vez más ciudadanos adquieren comportamientos individuales de desacato a lo dispuesto en perjuicio no solo al individuo en rebeldía, sino también a un colectivo social respetuoso del bienestar común.

Las redes sociales como instrumento mediático con llegada a diversos estratos, promueven acciones de acato o desacato de las  normas, por ejemplo, el hecho de presentar un simple mensaje que promueva desobediencia con variados argumentos, desde teorías de conspiración, hasta religiosas o ideológicas, hacen que  masas sociales importantes en número se adscriban a un comportamiento tipo de desacato de normas. Por el contrario, un buen número de personas son respetuosas de lo establecido, promoviendo una vida saludable que priorice valores y genere encuentros familiares, muy venidos a menos en algunos casos antes y durante la pandemia. Otros grupos se apegan a lo espiritual y otros simplemente deciden actuar en función de premisas económicas de acumulación de capital o bien de sobreviencia, al final se evidencia que todos tenemos apego a algún signo que nos conduce por los caminos de la obediencia o desobediencia.

En este contexto, la cultura ciudadana nos muestra lo importante que es construir agendas colectivas que promueve prosocialidad, entendiéndose que los comportamientos individuales promueven beneficios colectivos, en el orden de la confianza y solidaridad recíprocas en acciones justas para todos los ciudadanos. El postconfinamiento mostró todo tipo de acciones prosociales con expresiones de marcada solidaridad, desde campañas de ayuda hasta acciones para promover ingresos económicos, pero también mostró acciones de desacato a normas donde primó nomás un espírítu de bienestar individual antes del colectivo grupal.

Reflexionar sobre la cultura ciudadana, oferta alternativas de acciones fundamentales en épocas de emergencia sanitaria, mostrando iniciativas con carácter de expontaneidad que jerarquizan un capital social latente en movilizaciones ciudadanas para ayudar o cuidarnos entre todos, pero también se evidencian acciones simbólicas no precisamente apegadas al bienestar común, como el hecho de quemar barbijos para promover un supuesto bienestar despojado de toda argumentación científica e incluso de sentido común, donde las acciones de un reducido grupo de personas puede perjudicar a una gran masa social que sí cumple con lo establecido.

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

JAIME ALZÉRRECA P.

Docente e investigador IIACH- UMSS

[email protected]

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