Desde hace un tiempo, la academia está aplicando metodologías participativas y dialógicas con los actores involucrados en sus estudios, poniendo de manifiesto que ahora, para los investigadores, pensar “la comunicación” es un acto reflexivo inscrito en la práctica investigativa.

La reflexión está presente porque la comunicación en sí misma implica relaciones entre individuos y con el poder; por lo que el actor social involucrado en cualquier estudio (incluido el propio investigador), debe actuar entre intereses personales e intereses colectivos y definirse entre un nosotros y los otros de manera constante, más aún cuando se activa espacios de diálogo y participación.

Las implicaciones del poder y de los derechos hacen de la comunicación una práctica conflictiva, que activa y hace visibles las luchas acerca de quién podrá decir qué, cuáles serán los problemas comunes y cómo serán abordados; es decir, la comunicación es, o al menos intenta ser, el espacio de interacción horizontal, participativa y dialógica durante el proceso mismo del estudio.

Gracias al diálogo y la participación, los actores protagonistas intercambian opiniones, experiencias y puntos de vista, que además de permitir el flujo de información y datos útiles para los estudios, promueven procesos de construcción y deconstrucción de las relaciones, de las formas de comunicar y de interactuar, que los actores desarrollan hasta hacer posibles sus objetivos como grupo.

En ese caso, la comunicación también es el escenario de interacciones sucedidas entre los actores involucrados; y es capaz de hacer visibles esos intercambios “ejemplificadores” que permitieron alcanzar los propósitos y que deberían ser replicados, vínculos que deben ser visibilizados, prácticas de interacción exitosas que deben ser socializadas como buenos ejemplos de la vida en comunidad para conseguir el entendimiento.

Los espacios de comunicación y de representación social y cultural cultivan las relaciones, y las relaciones son el ingrediente principal que permite la maduración de procesos transdisciplinarios, incluyentes y principalmente democráticos, como propósito fundamental de la práctica investigativa en busca del bien común.

CONSTRUIR COMUNIDAD

Ivonne Rojas Cáceres

Docente Investigadora UCB

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