Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 08:49

Evo, perdiste

Evo, perdiste

Hagas lo que hagas, ya perdiste. Y te quedes o te vayas. Seguro buscarás quedarte en el poder a como dé lugar: confrontándonos y alimentando tu vocación de poder con sangre de bolivianos y bolivianas derramada en tu lucha provocada. Te puedes quedar, pero ya perdiste y ganaste entrar en el podio de los más rechazados. Pudiste salir por la puerta ancha, pero te llevaron a montarte en la ignominia de un caudillo soberbio, desamorado, perdido y cruel. En tus apariciones estelares en la televisión ni el talco ni los polvos que te ponen pueden ocultar las facciones de tu rostro dolido por la rabia contigo mismo, pero que, como no sabes ser autocrítico, buscas culpables. Acusas y amenazas sin medida ni clemencia. El poder te ha perdido y a tus lame abarcas de ayer y amarra “wuatos” de hoy les estás importando un bledo. No quieren tu felicidad, sino la suya propia. Eres el instrumento de su vanidad y gloria. Sus alabanzas son para que el robo, asalto y estafa al bien público no se les termine. No te quieren, te usan. Te meten ideas de grandeza y de terror. “Eres lo máximo, pero te quieren matar”. Es el pretexto para aislarte del mundo y mostrarte lo que ellos quieren que veas y oigas. Por eso andas desencajado, deschavetado por lo que te has vuelto cínico Tu sentido común, ese que te permitió llegar a donde llegaste, lo has perdido desde el momento que decidiste usar el veneno de la venganza y el odio. Ya no oyes, solo mandas. Todos los que tuvieron la suerte de estar contigo, uno de ellos los del Comité Cívico de Potosí, en vez de salir admirados, salieron asqueados de tu petulante proceder. “Te da la mano y no te mira a la cara- relataba Milton Lérida a un medio local- Ni siquiera lee lo que le das y, peor, solo él habla y, cuando crees que te va oír, a la legua se nota que no te escucha”

Veo a los cientos de campesinos que mueves para, según tus amantes de la confrontación, defenderte de un “golpe de estado” y los veo sin ganas, sin fuerza, sin ajayu. La mayoría de ellos están ahí porque les pagas, les obligas o los chantajeas. Ya no eres el tipo por el cual había miles de gentes dispuestas a todo, hasta morir por ti. El poder te perdió y te envolvió en un manto de ignorancia que nunca nos abandona, a no ser que decidas ser sabio, como lo fue Mandela. Claro, pudiste ser el Mandela del sur, pero gracias a tus camaradas del socialismo del siglo XXI, solo llegaste a graduarte como “el indo del sur”. Como la vida jamás nos abandona, pues siempre nos ofrece oportunidades de redención, este 20 de octubre te la dio. Con solo decir “esperemos los resultados y si hay segunda vuelta, vamos”, este país no tendría tus dos muertos y no estaríamos al borde de la guerra civil o de, como amenaza tu capitán frustrado, a punto de construir un Vietnam (...).